El grupo de trabajo Atención Médica al final de la vida formado por expertos de la Organización Médica Colegial y la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, define la sedación paliativa como «la disminución deliberada del nivel de conciencia del enfermo mediante la administración de los fármacos apropiados con el objetivo de evitar un su-frimiento intenso causado por uno o más síntomas refractarios», es decir, que no responden a los tratamientos disponibles. La sedación se ha de considerar actualmente como un tratamiento adecuado para aquellos enfermos que son presa de sufrimientos intolerables y no han respondido a los tratamientos adecuados.

La necesidad de sedar a un enfermo en fase terminal obliga al médico a evaluar los tratamientos que hasta entonces ha recibido el paciente. No es aceptable la sedación ante síntomas difíciles de controlar, cuando estos no han demostrado su condición de refractarios. Es precisamente la refractariedad de algún síntoma, junto con el consentimiento, los aspectos clave de la sedación y así lo hemos recogido en nuestro Código de Deontología en su Artículo 36. 5. «La sedación en la agonía es científica y éticamente correcta solo cuando existen síntomas refractarios a los recursos terapéuticos disponibles y se dispone del consentimiento del paciente implícito, explícito o delegado». (Comisión Central de Deontología, 2011).

La necesidad de sedación paliativa se puede estimar en torno al 30% de los pacientes atendidos por unidades de Cuidados Paliativos, aunque el rango en la bibliografía presenta amplias variaciones. En nuestra Unidad de Medicina Paliativa del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín, donde se llevó a cabo la primera investigación sobre sedación paliativa en España, la necesidad de disminuir la conciencia de nuestros enfermos al final de la vida se situó en el 19,1% de los casos (86 de los 448 pacientes fallecidos en 1993). No obstante, el porcentaje de pacientes que precisan una sedación al final de su vida varía enormemente. Una reciente revisión sistemática puso de manifiesto que este porcentaje oscilaba entre el 7,5 y el 67%.No existe publicación alguna en el mundo en la que se recoja que todos los enfermos terminales deban ser sedados al final de su vida.

(Este artículo quiere clarificar la información de Efe publicada el 27 de julio: «Cada día mueren 140 personas sufriendo sin cuidados paliativos»)

* Asesor del consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias y director de la Estrategia en Cuidados Paliativos de la Comunidad Autónoma de Canarias