Este es el lema que se escogió este año para la celebración del Día Mundial del Sueño. En la actualidad la enfermedad de apneas del sueño es el trastorno con mayor repercusión en el organismo derivado de la mala calidad de sueño y las consecuencias vasculares que muestra.

La enfermedad de apneas obstructivas durante el sueño consiste en dejar de respirar parcialmente (hipopnea) o totalmente (apnea) mientras se duerme debido a un estrechamiento localizado en la vía aérea superior (garganta) y que produce alteración en la calidad de sueño e importantes consecuencia vasculares.

¿Cuáles son los síntomas que hay que valorar? Generalmente el paciente es alertado por la pareja, es frecuente que se detecte durante meses e incluso años que el paciente ronca y tiene pausas respiratorias. Sin embargo suele consultar tras aparecer cansancio al despertar, el paciente no descansa durante la noche, tiene un sueño de mala calidad y tiene muchas posibilidades de que a lo largo del día tenga sueño, incluso en actividades en las que que debe estar alerta, caso de reuniones, trabajo sedentario, conducción etc. Aspectos estos de máxima relevancia, ya que el paciente tiene que hacer un esfuerzo para mantenerse alerta, si bien no siempre lo consigue, y se puede dormir en el trabajo o provocar un accidente de tráfico al quedarse dormido.

Otras consecuencias: Es frecuente la asociación de apneas obstructivas del sueño con depresión. El paciente se levanta cansado, apático, somnoliento y, sin embargo, tiene que hacer un esfuerzo importante para realizar su actividad diaria, lo que le proporciona una sensación de incapacidad y de frustración que conlleva a cambios de humor y depresión.

También es importante resaltar que estos pacientes tiene menos capacidad para adquirir nuevos conocimientos, están menos alerta y tienen menos capacidad de reacción ante cualquier problema, lo que condiciona dificultad para realizar su trabajo. Igualmente se ha comentado, la asociación de apneas con una mayor frecuencia de accidentes de tráfico, hasta 7 veces más posibilidades que otras personas que no tengan la enfermedad. Por tanto es una enfermedad con una repercusión social muy importante.

¿Tiene mortalidad? Efectivamente la apnea del sueño es un trastorno respiratorio que se relaciona con aumento de enfermedad vascular, que actualmente continua siendo la causa más frecuente de mortalidad. Hay que tener en cuenta que el paciente puede tener 30-40 paradas respiratorias por hora de sueño y cada una de ellas, lógicamente, se acompaña de bajadas en el oxigeno. Como es conocido el oxígeno es clave para que el organismo funcione correctamente, pero una bajada brusca del mismo puede condicionar que empeore una angina de pecho e incluso favorecer la aparición de un infarto de miocardio. Igual ocurre a nivel cerebral, un enfermo con apneas obstructivas no tratadas tiene más posibilidades de que se produzca un ictus o una hemorragia con consecuencias, en ocasiones, de muy mal pronóstico. Hay que tener en cuenta que la hipertensión es una de las enfermedades más frecuentes y con mayor riesgo vascular, pues bien, la apnea del sueño es la causa secundaria más frecuente de hipertensión y muy relacionada con una variante especialmente grave, caso de hipertensión de difícil control en la que son necesarios al menos tres medicamentos para controlarla, cosa que no siempre ocurre ya que si al paciente no se le controla la apnea durante la noche hay aumentos significativos de las cifras de tensión arterial y, por tanto, posibilidad de complicaciones agudas y a largo plazo.

¿Es frecuente la apnea del sueño? Si, en la población general la frecuencia media de la apnea del sueño es de un 4--6 %. No obstante, en edad media de la vida puede alcanzar hasta un 25% de la población. Por tanto, los síntomas y las consecuencias de no tratarlo aparecen en un grupo con una edad entre 45 y 65 años. Por otra parte, el aumento medio anual de enfermos es cercano a un 5% y ello es debido, sobre todo, al aumento de la esperanza de vida de la población y a la obesidad, esta última directamente relacionada con la aparición de apneas durante el sueño. Por tanto, es una enfermedad respiratoria crónica que será en una década la patología más frecuente en neumología.

En la actualidad, en el área del Hospital Universitario Reina Sofía, están tratados 5.200 pacientes, a pesar de estas cifras elevadas existe aún un importante número de personas no diagnosticadas ni tratadas. Por tanto es importante, reconocer esta enfermdad que presenta unos síntomas bastante claros y acudir al médico. Cada vez existe más conciencia en la población y en el colectivo médico de la importancia de un diagnóstico y tratamiento adecuado. En este sentido, la colaboración con Atención Primaria es clave, no solo para el diagnóstico sino también para el control posterior del tratamiento. En nuestra área, en base a una ayuda de investigación concedida por la Consejería de Salud, se ha puesto en marcha un programa de colaboración entre Atención Primaria y nuestra Unidad para estudiar en pacientes mayores el efecto del control y tratamiento de la apnea de sueño en la calidad de vida de los enfermos.

* Facultativo responsable de la Unidad de Trastornos Respiratorios del Sueño Hospital Universitario Reina Sofía.