En días pasados, el diario CORDOBA publicaba en sus páginas que, según la Encuesta de Coyuntura Turística para el cuatro trimestre del 2015, el porcentaje de turistas que visita Córdoba para asistir a ferias, congresos y convenciones se ha reducido en cerca de 8 puntos porcentuales en los últimos siete años. Es decir, que de un 9'5% del total de los viajeros relacionados con el turismo de negocios en el cuarto trimestre del 2008, hemos pasado al 1'7% al cierre del año 2015.
Como presidente de la Asociación Cordobesa de Organizadores de Congresos, he calificado la noticia como de tragedia, por entender que el hecho nos deja muy mal parados a la hora de poder situar a nuestra ciudad como un referente en el ránking de las "ciudades de congresos".
La actual coyuntura económica ha podido influir en esta bajada alarmante, pero entiendo que la falta de infraestructuras adecuadas (obras en el Centro de Convenciones del Parque Joyero y paralización de las mismas en el Palacio de Congresos de Torrijos) ha hecho que, desde hace tiempo, no podamos hacer una buena política de promoción y captación de eventos para nuestra ciudad.
Si no tenemos infraestructuras adecuadas y no sabemos las fechas de terminación o adaptación de las existentes no podemos optar a congresos nacionales, internacionales y, por supuesto, propiciar que grandes empresas organicen sus reuniones de incentivos, receptivos, etcétera. Ello ha conllevado que otras ciudades cercanas a Córdoba hayan hecho un esfuerzo en promoción y captación con la consiguiente fidelización de los clientes, algunos de ellos nuestros, que serán difíciles de recuperar.
Desde la Federación Española de Asociaciones de Organizadores Profesionales de Congresos, hemos impulsado el Foro Industria Española de Reuniones y Eventos, en el que participan las siguientes asociaciones: APCE (Asociación de Palacios de Congresos de España), AFE (Asociación de Ferias de España), DMC (Destination Management Company), ICCA (International Congress and Convention Association), MPI (Meeting Professionals International), OPC España (Federación Española de Asociaciones de Organizadores Profesionales de Congresos) y SITE Spain (Society for Incentive Travel Excellence). Entendiendo que la unión hace la fuerza y que es fundamental, entre otros objetivos, reivindicar el papel de los OPC, palacios de congresos, recintos, organizaciones feriales, DMCs, como garantes de la calidad y la excelencia, evitando con ello situaciones de competencia desleal en el desarrollo de las actividades.
Este conglomerado de asociaciones nos hace ver la importancia de que los colectivos turísticos trabajen de forma unida en pro de conseguir objetivos comunes. Y es importante que nadie se arrogue la potestad de la representatividad de un sector tan transversal como la vida misma. Ya que en las asociaciones antes nombradas participan miembros de forma individualizada, empresarios activos que forman parte del turismo gastronómico, rural, deportivo, religioso, ecuestre, de golf, de sol y playa, cultural, de aventuras, etcétera. En consecuencia, trabajar de forma conjunta en una ciudad como Córdoba para conseguir unos objetivos específicos, necesita de un planteamiento profesional, donde todos los actores participen y donde la colaboración público-privada sea el eje fundamental. Ya que el turismo no es cosa de uno o de unos.
Como consecuencia de una mala planificación y acciones individualizadas sin estrategias comunes, podríamos llegar a datos alarmantes como los citados al comienzo, a los que podemos unir los publicados por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en referencia al año 2014, que indican que el número de participantes en las 19.084 reuniones realizadas en España se habían incrementado de 3.431.479 a 3.657.526. Esto hace que nos planteemos qué estamos haciendo mal cuando hay indicadores que hablan de incremento y en nuestra ciudad estamos prácticamente en una recesión turística con referencia al turismo de negocios.
* Presidente de OPC España.
Presidente de la Asociación
Cordobesa de Organizadores de
Congresos
