Los vientos de cambio que soplan en Cuba han alcanzado a su principal icono revolucionario. Ayer, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, se desplazó a La Habana para estar al frente de una potente delegación empresarial que visita la isla. Pero lo que más captó la atención fue el look con el que se dejó fotografiar el propio Fidel Castro, que, lejos de lucir el chándal con los colores de la bandera cubana que ha sido su uniforme, se enfundó uno blanco impoluto. El color de la paz.