Cuando lo vi por primera vez, precedido por su fama, no pensé en absoluto que estaba ante un buen abogado, ni menos aún ante un hombre bueno, pensé simplemente que era el mejor. Con el tiempo tuve la suerte de aproximarme al abogado y al hombre y debo confesar que como todas las estrellas ocultaba mucho más de lo que lucía, aunque esto sólo estuviera reservado a unos pocos elegidos. Si existe alguna personalidad arrolladora que a nadie dejara indiferente esa era la de Pepe Guiote, por ello me niego a adornarla utilizando palabras vacías de contenido u adjetivos grandilocuentes que, aun sonoros, no responden a una realidad poliédrica. Su realidad era un microcosmos a su medida en el que cabía 'todo', menos la indiferencia... O lo adorabas o no, la indiferencia jamás. Era capaz de llegar a cualquier sitio e invadir el espacio vital de todos de manera irreversible y absolutamente para siempre. Era capaz de adorar o ignorar al prójimo con la misma intensidad, o pertenecías a su mundo, o estabas fuera de él. Era capaz de diseccionar, analizar, estudiar y defender un asunto como muy pocos abogados, con una profundidad y un perfeccionamiento en el análisis, con un poso de conocimiento jurídico, y una maestría procesal únicamente reservada a unos pocos elegidos, tocados por el alma del derecho. Era capaz de eclipsar a cuantos le escuchaban con su discurso ágil, oportuno, divertido, ocurrente y certero, como hacer de pronto un silencio tan elocuente, o más, que su discurso... Te miraba, elevaba una ceja, esbozaba una leve sonrisa con mueca casi burlona y el silencio se hacía eterno. Era capaz de adorar la noche mientras la carcajada sonora y honda inundaba las plazas empedradas de la Córdoba moruna y golfa... Esa risa. Era incluso capaz de, con maestría prodigiosa, superar al mejor Serrat con su guitarra, esa que tanta vida le dio, para terminar al alba habiéndose bebido la noche de un solo sorbo. Era capaz de sustentar su masculinidad rotunda a base de un universo femenino que le circundaba tan eficaz y a su medida, en un equilibrio sostenido tan perfecto, que conseguía acrecentar aquella y este de forma absolutamente inimitable.

Los que vivimos el derecho, el ejercicio de la defensa de los justiciables ante los tribunales con intensidad solo comparable de lejos y a distancia a como él lo vivio, nos preguntamos muchos días de soledad, esa soledad que solo el abogado conoce, si hacerlo con tal intensidad es compatible con la familia, con la riqueza, o sencillamente con el amor... Alguna vez se lo pregunté y la respuesta que me dio, después de hacer un largo silencio, mientras bebía un sorbo de bebida espirituosa (por algo se llamará así) y dejaba escapar entre sus labios el humo dulce de su cigarro, la conservaré para siempre como uno de sus mejores regalos. Una vez escuché una canción que creo lo define Just de way you are tal como eres, ni mejor ni peor, simplemente diferente, único y rotundo... Querido Guiote para siempre.

Magdalena Entrenas Angulo

Abogada

Córdoba