De la misma manera que la economía estadounidense se recupera muy lentamente, también la ventaja de Obama sobre su contrincante republicano, Romney, crece a pequeños pasos. Por ello, la carrera electoral no puede darse por cerrada. Falta algo más de una semana para el voto definitivo y todo indica que habrá que esperar al veredicto final que el colegio electoral dará el día 6 de noviembre para saber si el actual presidente sigue en la Casa Blanca o hay un nuevo ocupante. Toda la atención de estos últimos días de campaña se concentra en Ohio, un estado de mediana extensión geográfica, mucha historia a sus espaldas en la creación de EEUU y un gran desarrollo industrial con una de las importantes sedes de la industria automovilística. Ahí Obama puede ver recompensados sus esfuerzos por rescatar a la industria automovilística, víctima de la crisis. Esta habrá sido una campaña extraña. Empezó con el predominio del presidente, pero su sorprendente y desenfocada actuación en el primer debate frente a Romney le hizo bajar varios puntos y desorientó a muchos de sus potenciales votantes. A partir de entonces la remontada de Obama ha sido muy lenta, mientras que su contrincante se ha mantenido en una posición muy amenazadora. En estos últimos días de campaña, otras preocupaciones centrarán la atención de ambos aspirantes, pero muy en particular la del presidente, y es Sandy. Incluso este peligroso huracán puede aportar o restar votos en esta extraña campaña.