La Junta de Andalucía ya ha desvelado por fin cómo piensa asumir el mayor recorte de nuestra historia autonómica tal y como le exige el Gobierno central para cumplir con la reducción del déficit, y la primera sorpresa es que el ajuste va a ser mayor de lo esperado: se eleva a los 3.500 millones de euros. El Ejecutivo andaluz apunta a esta cifra porque da por hecho que va a tener 1.000 millones menos de los ingresos que tenía presupuestados, de ahí también que incremente los tramos autonómicos de determinados impuestos (como el IRPF o la gasolina) para recaudar una cantidad similar. Equilibrado este capítulo, la Junta ha asumido una reducción de gasto de 200 millones de euros, con lo que el grueso de medidas van encaminadas a recortar los 2.500 millones restantes. Aquí los principales ajustes se consiguen machacando el presupuesto para infraestructuras y, sobre todo, obligando a los trabajadores públicos a asumir un sacrificio extra. Con estas medidas se consigue la mayor partida de ahorro (777 millones) y sobre todo, y a eso se ha agarrado la Junta, se evita el despido de muchos trabajadores sin plaza en propiedad. Junto a esta protección del empleo, el Gobierno andaluz resalta que no se han tocado las políticas sociales: sanidad y educación. La Junta, muy crítica con los recortes del PP, demuestra que se pueden hacer ajustes salvando el grueso de nuestra red social, lo que no quita para que al final sean los ciudadanos (sobre todo los funcionarios) los que hagan posible esto asumiendo nuevos sacrificios.