Ayer comenzó el Encuentromadrid , esa extraña cita que la gente de Comunión y Liberación (CL) organiza desde el 2003 en la Casa de Campo. Estamos en el final de un ciclo político, quizá el más agresivo que ha sufrido España desde el 78, en vísperas de unas elecciones autonómicas y municipales, en medio de una grave crisis económica --si hacemos caso de Juan Roig, el presidente de Mercadona, lo peor está por llegar-- con casi 5 millones de parados. Y estos cristianos nos convocan en la Casa de Campo a una serie de mesas redondas, conciertos, exposiciones, a un encuentro popular en el que la vida está tanto en las reuniones como en los bares que recuerdan a las fiestas de barrio. Y lo hacen bajo el lema "Inteligencia de la fe, inteligencia de la realidad". ¿Estamos ante una de esas fugas de la realidad que proliferan tanto en los últimos tiempos? ¿Ante un congreso de especialistas? Los responsables de la cita explican en su página web encuentromadrid.com que el lema está sacado de un discurso del Papa al órgano que se encarga de los laicos. Lo pronunció el año pasado en una de esas intervenciones que se consideran "sociales o políticas" y en la frase completa Benedicto XVI aseguraba que "la contribución de los cristianos solo es decisiva si la inteligencia de la fe se convierte en inteligencia de la realidad, clave de juicio y de transformación". El laicismo agresivo ha resucitado sensibilidades del pasado. Hemos vuelto a lo que Julián Marías llamaba "radicalidad inducida". Marías utilizaba esta expresión para explicar lo que ocurrió hace 200 años, cuando tras la Guerra de la Independencia se enconaron las posiciones. Encuentromadrid está en la onda del "método Gaudí", descrito por Benedicto XVI en su homilía de la Sagrada Familia: "La provocación la hizo Gaudí no con palabras sino con piedras, trazos, planos y cumbres". Con una obra esbelta y bella.

* Periodista