Un número importante de representantes de IS, más de 200 procedentes de las diferentes federaciones, recientemente se reunían en Ferraz a fin de debatir acerca de cómo salir de la crisis global y de la respuesta que, desde la izquierda, se le debería dar a la misma. Con Josep Borrell como ponente y con la participación de otros economistas y parlamentarios diversos, en el formato de paneles propuesto se suscitaría una importante reflexión que su coordinadora federal saca ahora como un documento de interés para una salida por la izquierda a cuanto allí se planteara los pasados 3 y 4 del presente mes. Los miembros de la citada corriente de opinión del PSOE, con sus aportaciones, pretenden que se generen nuevas condiciones para lograr un cambio en el actual modelo productivo, a la vez que piden que se refuercen los derechos de los trabajadores. Para ello, nos proponen el relanzamiento de la actividad económica, pero teniendo muy en cuenta las exigencias medioambientales y corrigiendo asímismo el curso de un mercado global dominado hoy en día por los excesos del capitalismo financiero, detonante de la actual crisis económica. De ahí que, como socialistas de izquierdas, entiendan que se hace más necesaria que nunca una acción política desde las instituciones y desde el partido que contenga una clara orientación anticrisis y tenga en cuenta también algunos otros puntos que ellos mismos consideran como cruciales. Entre ellos, que se avance hacia una regulación efectiva del sistema financiero internacional y, de igual modo, hacia otro de carácter nacional en que quede mejor articulado y de forma más eficaz cuanto se refiera al crédito a las pymes, familias e individuos, erradicando al mismo tiempo los paraísos fiscales en todas sus variantes, poniendo en práctica un impuesto sobre las transacciones financieras y recuperando una banca pública operativa y eficaz, más allá del actual modelo del ICO. Piden de igual manera que nos alejemos del desproporcionado peso que aún mantiene la construcción y la actividad inmobiliaria especulativa y depredadora, debiéndose avanzar hacia una economía más sólida asentada sobre el conocimiento, la tecnología y la innovación, introduciendo cambios en las relaciones de producción, con más democracia económica, seriedad en la responsabilidad social corporativa y con una mayor representación de los trabajadores en las decisiones empresariales. Potenciar más un desarrollo sostenible que implique un replanteo del tipo de crecimiento que se quiere promover para el mantenimiento de los recursos y lucha contra el cambio climático. Salir por la izquierda de la crisis significa, para aquellos, reforzar las políticas sociales garantes de la cohesión, el respeto a los derechos de los individuos y la solidaridad efectiva que debería llegar a todos a través de los mecanismos del Estado, potenciándose más los servicios públicos. Una redistribución de la riqueza eficaz, a través del gasto social y con una fiscalidad justa y progresiva, en la que se graven las rentas altas, las de capital y la tributación de fondos de inversión como las SICAV se hace ahora muy necesaria. Hay que subir el tramo más alto del IRPF e introducir la famosa ecotasa. Igualdad de género, importancia de la educación, a través de un pacto educativo al que deberían sumarse quienes no se adhirieron en su día a la LOE, coordinación en el ámbito internacional que potencie la Europa social, las libertades, los derechos y el despliegue de la ciudadanía europea. También habría que establecer nuevas formas de gobernar en el escenario internacional, debiéndose pronunciar en contra del retroceso de la jurisdicción internacional en España y por el desarrollo y profundidad de la Ley de la Memoria Histórica. Desde la izquierda, las políticas de integración de los inmigrantes habría que reforzarlas, así como la defensa de sus derechos, combatiendo los prejuicios que se reavivan en el actual momento de crisis. Habríamos de mantener el compromiso de aportar el 0,7 de PIB para la cooperación al desarrollo en el año 2012, así como ampliar las políticas de lucha contra el hambre y la exclusión. El PSOE debería reactivar lo mejor de su legado, aportando un renovado socialismo democrático, alentando las alternativas al neoliberalismo económico y al neoconservadurismo político, desde la izquierda, para así poder marcar las diferencias con la derecha española. La práctica ha de asumir la pluralidad existente en su seno, como un hecho enriquecedor para el objetivo emancipador y de solidaridad que aún mantenemos. En ese sentido, habríamos de contribuir, desde el encuentro con otras fuerzas políticas y movimientos sociales, a articular esa pluralidad, sin merma alguna de la especificidad del proyecto socialista al servicio de las metas de libertad, igualdad y justicia, a lo que algunos aspiramos a hacer realidad en nuestras sociedades complejas del siglo XXI.

* Catedrático