El cartel dice que se llama Pedro Ignacio Calzado Canale Picalcan , el Niño de la Casita. Hoy toma la alternativa en esto del columnismo de periódico importante y me toca a mí el dársela, que para eso le he abierto la plaza con sumo gusto. Pueden verlo hoy aquí, a la derecha, quiero decir en la página derecha, y me barrunto que es la primera vez en su vida que a Pedro le va a gustar la derecha, pero eso son cosas de la maquetación, compréndelo. La firma de Pedro Calzado hace tiempo que la considero necesaria en esta sección, siempre he creído que tiene mucho que decir, que lo dice bien, que lo expresa con un corazón más grande que su hipogastrio, y sobre todo con ingenio, que dicen que es síntoma de inteligencia. Pedro se inventó hace tiempo para su blog, la casita a la que todo el mundo está invitado, el acrónimo de Picalcan , y yo desde Voltaire no he visto ninguno que le cuadre tan bien al personaje. De tanto usarlo, como las palabras importantes, ha derivado en Picalcán o Picalpán , el castellano es idioma creativo y muy flexional. Desde su ensortijado pelo (cada vez menos, compadre) y sus rasgos inconfundiblemente de Lucena por parte de padre, con su sal, que es mucho más que salero, de carnaval gaditano por parte de madre, y su cosmopolitismo de vecino y amante de Peñarroya, Pedro Calzado se va a hacer pronto insustituible. Si lo ven, denle un apretón de manos y un abrazo si son capaces de abarcarlo, que no hay nadie que se lo merezca más en este perro mundo. Pero nunca le dejen un micrófono cerca, que la pasión de la radio es su alimento y capaz sería de comérselo como una alcachofa. Bienvenido al ruedo.

* Profesor