Hay sectas religiosas del mismo modo que hay sectas puramente económicas. Todo es cuestión de creer fielmente en una idea hasta límites inimaginables. Nadie está libre y ocurre que de un tiempo a esta parte, en la zona de la vega del Guadalquivir, al menos que yo sepa : Fuente Palmera, Palma del Río, Posadas, etcétera., aflora un tipo de secta económica que está haciendo estragos en la población.

La mecánica viene a ser más o menos la siguiente: gente humilde a los que se les embauca con que podrán llegar a ganar grandes sumas de dinero. Todo ello dentro de un secretismo absoluto. Para iniciarte en el rito sólo es necesario que un miembro te invite, pero no podrá contarte nada hasta llegar a la tierra prometida, que se encuentra en el pueblo sevillano de Utrera. Para ello deberás ir con traje y corbata y pagar la suma de 60 euros. Una vez allí se te explicará de modo pormenorizado en que consiste el negocio: un pago de unos 3.000 euros por un supuesto curso de formación que nadie va a dar. De esa cantidad entregada, la persona que te ha llevado tiene una comisión, ahora tú deberás traer más adeptos hasta recuperar tus 3.000 euros y empezar a ganar dinero. Luego viene la ya conocida pirámide, según las personas que hayas sido capaz de fichar, te situarás más o menos arriba de ésta, o sea, más cerca de la base donde está el DVD o más próximo a la cúspide donde se encuentra el coche de lujo.

Desconozco la extensión geográfica de la trama. Las consecuencias se están empezando a ver entre los miembros que creyeron encontrar el dorado: préstamos bancarios y familias que dejan de hablarse, entre otras. El dinero tiene, al igual que pentecostés, el don de todas las lenguas.

Ya nos lo apuntaban nuestros abuelos y luego nuestros padres, pero nunca les quisimos escuchar, cuando llegábamos a casa con los ojos encendidos creyendo haber encontrado el remedio a nuestra pobreza, y nos respondían aquello de "Niño anda y no seas tonto que nadie da duros por cuatro pesetas".