--¿De dónde le viene la vocación?

--Desde muy pequeño estudié música: solfeo, piano y clarinete. De allí me surgieron las ganas de hacer teatro. Luego entré al Instituto del Teatro y tuve la oportunidad de formar una compañía con unos amigos.

--¿Qué le aporta su conocimiento de música a la interpretación?

--Riqueza. En este trabajo, cuantas más disciplinas puedas dominar, bienvenidas sean. Cualquier habilidad extra es buena para subir al escenario, y el haber estudiado música me ha dado un sentido del ritmo mucho más riguroso y preciso. Le da una dinámica distinta a los movimientos del personaje.

--¿Cuándo le llamaron para hacer Gran Hotel?

--Después de la película El sexo de los ángeles (2011) estuve en Madrid para hacer los castings de series como El secreto de Puente Viejo, La República y Gran Hotel. Fue un mes bastante duro para la selección.

--¿Qué tienen en común Llorenç y su personaje en la serie?

--Obviamente, yo no voy tan repeinado como Andrés (risas). El tiene un punto entrañable, tímido, que en mí no está tan acentuado, pero sí sé de qué va la timidez.

--¿Cómo se autodefiniría, lejos de sus papeles en la televisión?

--Soy una persona comprometida con el trabajo, con mi vida diaria, con los amigos, a la que le agrada implicarse en la vida.

--¿Cómo prepara su personaje?

--El director de la serie nos indicó las primeras líneas de por dónde podía ir el personaje: un poco miedoso, no diría infantil, pero sí más tímido, con menos experiencia, para que contrastara con Julio (Yon González), que es un tipo que ha vivido mucho, y que afronta las cosas de otra manera. A mí me gusta esa parte más humana y en Andrés encuentro esa inocencia, ese aspecto más blanco, más puro.

--¿Cómo evolucionará Andrés?

--No puedo contar muchas cosas. Algunas ya le han sucedido y otras le van a suceder. Y como en la vida: la experiencia te hace madurar y también te quita la inocencia.

--¿Hay tensión entre sus compañeros de Gran Hotel?

--No. Trabajamos todos en equipo. Con quien más ruedo es con Yon González y con Marta Larralde, que hace de mi mujer.

--¿Ya los conocía?

--No, a nadie de Gran Hotel. Es una suerte trabajar con ellos, con Concha Velasco, Adriana Ozores, Fele Martínez, Eloy Azorín.... grandes actores que me enseñan mucho.

--¿Cómo es su relación con la actriz Concha Velasco?

--Es un aprendizaje continuo. En la serie tenemos una relación muy íntima, madre e hijo, y es fantástico ver cómo se comporta: todavía les pregunta a los directores si lo he hecho bien; deja que la dirijan y que prueben varias escenas. Además de ser una gran actriz, es una mujer muy profesional en su trabajo.

--¿Quiénes son sus referentes en el cine o la televisión?

--Hay actores en activo que admiro, como Pablo Derqui o Daniel Brull. Me gustaría seguir un camino similar al que ellos han seguido. Tienen sensibilidad y autenticidad.

--Su primera película, El sexo de los ángeles, ¿ha funcionado como esperaban?

--Con la película pasa algo extraño: no se vio demasiado en España, pero ha estado rodando por muchos festivales. Debe de ser cierto que nadie es profeta en su tierra.

--Por cierto, ¿qué futuro le espera a los jóvenes actores?

--No necesitamos sentarnos a esperar a que nos llegue el trabajo. Hay que invertir en la creación, en los proyectos propios.