En la vida hay cosas que ayudan a tomar decisiones. No es que Terence Winter fuera a despreciar la oportunidad que le puso la HBO de buscar una serie en el libro Boardwalk Empire, pero el hecho de que al salir de la reunión con los ejecutivos le dijeran: "Por cierto, Martin Scorsese está vinculado al proyecto" ayudó a que todo fuera más emocionante para un guionista que, tras su trabajo en Los Soprano, ahora camina solo.

--¿Cómo valora su experiencia con Scorsese?

--Cuando me dijeron que estaba vinculado ni siquiera consideré nada más. El es la razón por la que empecé a hacer esto. Cuando tenía 16 años vi Taxi driver, literalmente 15 veces, y me dejó impresionado, me hizo empezar a pensar en el cine. La idea de trabajar con él y de que dirigiera un capítulo era maravillosa. Intimida, pero es cálido, divertido, inteligente, brillante. Y colabora mucho, se interesa por otras opiniones. Tras el piloto siguió relacionado con el cásting, viendo episodios, haciendo anotaciones. Ha sido instrumental en el tono y el aspecto visual.

--Es la primera incursión de Scorsese en la televisión.

--Una de las cosas que me dijo al principio cuando le enseñé el guió para la serie fue: "Esto es realmente divertido, puedes ver lo que les pasa a los personajes después de la película". Creo que para él es estimulante. No ha hecho nada tan rápido desde el principio de su carrera, cuando dirigía películas independientes con poco presupuesto.

--Le dieron el papel protagonista a un actor de reparto, Steve Buscemi.

--Decidimos pronto que no queríamos a alguien que se pareciera al verdadero Nucky, que en realidad se parecía más a James Gandolfini. Decidimos ir con el mejor actor posible. Pensé en Buscemi, y Scorsese dijo que le encantaría volver a trabajar con él tras la pequeña colaboración en Historias de Nueva York. Yo cada vez que lo veía en una película me hacía feliz porque sabía que su personaje iba a ser entretenido e iba a estar bien, tiene una cualidad tipo Humphrey Bogart. ¿Por qué no darle entonces un protagonista? La lógica funciona. Su personaje no es lo que esperas. Yo siempre pensé que era la decisión adecuada, aunque fuera contra la opinión generalizada.

--¿Le asustó hacer una serie que sonara demasiado a Los Soprano?

--Boardwalk... trata sobre el principio del crimen organizado y los personajes son muy distintos. La serie es mucho más amplia, va desde Atlantic City hasta Chicago y Nueva York, y hay un componente político más fuerte. Todo lo referente a la historia es muy realista. Sobre el tono y el estilo, aprendí tanto de David Chase que espero que la escritura sea al menos la mitad de interesante. Y el enfoque en la narración es similar.

--¿Por qué cree que en la TV se hace ahora lo que se hacía en el cine?

--En parte tiene que ver con el tipo de cine que se está realizando. Si veo una secuela más de un cómic, quizá salte por la ventana. Es más y más difícil que se hagan los pequeños dramas donde el plato más fuerte son los personajes. La tele te deja recorrer un camino más largo y lujoso. Y con la transformación tecnológica, con las pantallas cada vez mayores, cambia la experiencia y las líneas van a seguir borrándose. Es fantástico. Es un gran momento para estar en el negocio de la tele. Te han quitado las esposas a nivel creativo.

--La serie retrata al gánster como uno de los bloques sobre los que se construyó la sociedad de EEUU.

--Mi trabajo es que sea entretenida: me olvido de lanzar un mensaje. Pero mi investigación para preparar este proyecto me confirmó que nada ha cambiado: los grandes negocios controlan el Gobierno.