Diario Córdoba

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Al margen

Al otro lado del río y entre los árboles

Fotograma de 'Al otro lado del río y entre los árboles'.

Después de inspirarse en Lorca para La novia (2015), ahora Paula Ortiz da el salto internacional, adaptando un texto literario de Ernest Hemingway, con un cásting capitaneado por Liev Schreiber -muy bien arropado por Matilda De Angelis, y otras presencias más pasajeras como las de Laura Morante, Danny Huston, Josh Hutcherson...-, aunque si hay algo más que destacable sería la exquisita fotografía en blanco y negro que firma Javier Aguirresarobe, atmosférica e inmersiva como en un sueño, retratando una Venecia desértica (aprovechando para el rodaje la soledad de las calles en pandemia), donde predominan los nocturnos, en un formato casi cuadrado (4:3), interrumpido solo cuando aparecen algunos flahsbacks en color un tanto prescindibles.

El guion, escrito por Peter Flannery (especialista en series de tv), se sostiene gracias a unos diálogos bien construidos, donde el protagonista -un héroe militar de la Segunda Guerra Mundial, bastante tocado en su salud física y mental- pasa los días después de la contienda en Italia, sin hacer caso a los médicos, instalado en el estoicismo y la autodestrucción, y con la única intención de cazar patos salvajes en lagunas cercanas a la ciudad más bella del mundo. Pero habrá una joven condesa, prometida con alguien que puede salvar económicamente a su familia arruinada, que se cruzará en la vida de este desencantado coronel norteamericano, invitándole a pasear, dialogar, beber, bailar..., intentando rescatarlo de esa atonía y depresión que le asola. Por momentos, se me venía a la memoria Lost in translation (2003), de Sofia Coppola, supongo que por el cortejo entre dos personas de muy diferente edad, mientras deambulan por un lugar lejos de su procedencia. Puede que un delirio como otro más mundano: el extraño parecido del actor que representa el alter ego de Hemingway con un presentador de programas de cotilleo e intérprete teatral. Drama, por tanto, muy recomendable. Decadente y de posguerra, nos invita a la reflexión en tiempos convulsos como los que vivimos.

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