Muéstrame el reloj de arena que contiene el tiempo, que contiene el pretérito perfecto del futuro hacia el infinitivo, la raíz del grito y el hueso dentro de la fruta, el insomnio del viejo y el sueño del niño. Muéstrame el reloj de arena con el tiempo dentro. Hay voces que suenan oxidadas de soportar los golpes del martillo ajado, y a cada relámpago inundan el espacio de trocitos de luz cincelada. Córdoba y Granada, dos torres han nacido en tus acequias, dos campanas asomadas a dos ríos, dos gargantas donde nace el agua. Dos campanas, dos concavidades, un reloj de arena que repica el tiempo, el que fue y será, el viejo y el nuevo: Un reloj de arena. Pedro canta en los almendros, Manuel canta en los olivos. Los dos me saben a la almendra amarga, y al aceite que llora la piedra en la molienda, Suben a las nubes de los gorriones y bajan a los yunques sepultados, socavan del hierro la plata herida, joyeros en la fragua cuando gimen. Son de Caí cuando son Cantiñas y bordones cuando son Tarantas. Dos campanas, dos concavidades que repica el tiempo: Un reloj de arena.

José Miguel Évora

«Reloj de Arena»

El Pele

Pedro el Granaíno

José Miguel Évora…………………..Piano

Patrocinio, hijo……………………….Guitarra

Niño Seve………………………………Guitarra

José Moreno…………………………Percusión

Manuel Jiménez……………………..Baile

Luis Dorado……………………………..Palmas

Rubén López……………………………Palmas