El acto inaugural del programa de conferencias que Diario CÓRDOBA va a celebrar para conmemorar el 40 aniversario de la Constitución española tuvo un espacio común entre sus tres protagonistas: María Emilia Casas, presidenta del TC entre 2004 y 2011; Miquel Roca, uno de los siete padres de la Constitución; y Alfonso Guerra, diputado constituyente, vicepresidente del Gobierno entre 1982 y 1991 y presidente de la Comisión Constitucional del Congreso entre 2004 y 2011, moderados por el director de Diario CÓRDOBA, Francisco Luis Córdoba. Y es que los tres ponentes invitados coincidieron en que la Constitución aprobada el 6 de diciembre de 1978 por la abrumadora mayoría de los españoles tiene plena vigencia, y aunque la transformación del país, 40 años después del histórico referéndum, es incontestable, la modificación de la Carta Magna en sus artículos más sustantivos acarrearía determinados riesgos si se superan líneas rojas más allá de en aquellas normas que sí dan un margen de flexibilidad. Roca, Guerra y Casas manifestaron, eso sí, que para llegar a una base que permita adecuar la Constitución a los nuevos tiempos es preciso que las actuales fuerzas políticas recuperen el consenso que hizo posible el texto constituyente vigente. Que no vieron tan factible a la vista del actual paisaje político.

Vista con las pespectiva de sus cuatro décadas de desarrollo, María Emilia Casas resaltó que la Constitución de 1978 «se mantiene como un éxito colectivo», y subrayó este aspecto ya que la expresidenta del Tribunal Constitucional considera que es el factor que ha dado «estabilidad» al periodo de paz democrática más amplio en la historia de España». Miquel Roca tiró de retrospectiva y dijo que para llegar al texto que lleva su rúbrica «la hicimos muy bien, y no era nada fácil». De hecho, significó que «ninguno de los problemas que hay hoy España tiene su fundamento en la Constitución», dijo Roca. También Alfonso Guerra apeló al consenso que dio como resultado una Carta Magna «para todos los españoles». El que fuera vicepresidente del Gobierno encuentra aquí una barrera para encontrar ese punto de concordia que estima necesario para cualquier maniobra de adaptación de la Constitución, por la fragmentación en la que se encuentra en la actualidad el Congreso.

Guerra admitió que algunos artículos podrían ser susceptibles de mejoras, aunque descartó la gran reforma que reivindicaron algunos de los líderes políticos que, de forma indirecta, entraron también en el debate de Diario CÓRDOBA a través de los vídeos editados por Álvaro Peche, de PTV, y el redactor jefe de Diario CÓRDOBA Rafael Aranda, que hizo de maestro de ceremonias del acto. Por su lado, María Emilia Casas reconoció que el país se ha encontrado con un panorama que obliga a afrontar nuevos escenarios cuya resolución se encuentra en la propia Carta Magna, pero advirtió que el Tribunal Constitucional no puede reformar la Constitución ni asumir el papel del constituyente. Miquel Roca indicó que una posible reforma en el texto constitucional sólo se entendería no como «necesidad» sino como una vía más «para buscar soluciones para la convivencia de los españoles».

Con el desafío soberanista catalán en el debate, Roca advirtió de que sería un «trampa absoluta» provocar una reforma constitucional para solventar los conflictos que tiene el país. Casas recordó que los estatutos de autonomía están subordinados a la Constitución y dijno que el artículo 155 se aplicó correctamente para el asunto de Cataluña. Guerra sentenció que el conflicto catalán arrancó cuando se quiso sustituir el poder constituyente por el poder constituido.