FICHA

Fortaleza levantada con fin defensivo en el siglo XIII. Fue abandonada tras la conquista del reino de Granada.

La visita

Se puede subir a la torre del homenaje y recorrer algunas estancias reformadas en el siglo XV.

Horario

De, 15 de junio al 30 de septiembre. Martes, domingos, y festivos, de 9.00 a 14.00 horas.

---------------------------------

En una colina situada a medio camino entre Castro del Río y Baena, junto a uno de los yacimientos íberos y romanos más importantes de la provincia de Córdoba, se levanta el castillo de Castro el Viejo, hoy conocido como de Torreparedones, ya que se encuentra en el parque arqueológico que lleva el mismo nombre.

Esta fortaleza, construida en el siglo XIII, vigila desde su posición privilegiada los caminos que desde antiguo unían a Córdoba con Granada. Se levantó con fines defensivos para proteger a Córdoba de los posibles ataques de sus vecinos, en época de la conquista.

Como explica el decano de la Facultad de Filosofía y Letras y experto en historia medieval, Ricardo Córdoba, a partir de 1240, esa zona «se convierte en la frontera con el reino de Granada», que discurría «por la vega del río Guadajoz».

Ricardo Córdoba destaca que esta fortaleza no estaba destinada a alojar a ningún señor de la época, sino a «una guarnición militar con un alcaide», personalidades que desde principios del siglo XIV fueron designadas por el concejo de Córdoba, el ayuntamiento de la época. Así la fortaleza dependió buena parte de su historia de la antigua capital del califato omeya y estuvo unida a la primitiva población de Castro el Viejo. Cuando perdió su importancia defensiva, tras la victoria de los Reyes Católicos frente a Boadil y la anexión del reino de Granada a la Corona de Castilla, comenzó el proceso de abandono paulatino de la fortaleza. Este hecho ha permitido que los investigadores hayan podido obtener mucha información «de lo que es la organización de un castillo militar» y «prácticamente se ha podido documentar cómo se abandonó y cuándo se hicieron las últimas reformas», a principios del siglo XV.

El castillo, de pequeñas dimensiones, tuvo planta cuadrada y varias torres angulares, así como diversas dependencias en torno al patio de armas, «que se conserva muy bien» y que tiene un enlosado de piedra que se encontraba en buen estado.

Desde esta fortificación, que fue construida con fines defensivos, se divisan las sierras de varias provincias andaluzas. M. ARIZA

Tanto el castillo como su recinto fortificado han tenido distintas intervenciones arqueológicas que han permitido documentar, por ejemplo, la existencia de un horno de pan o de un molino.

Junto a ello parte del castillo fue reconstruido hace aproximadamente una década según el proyecto del arquitecto Jesús Manuel Reyes, responsable del proyecto de protección y puesta en valor del yacimiento arqueológico de Torreparedones y redactor del plan director de la fortaleza medieval que sigue en marcha.

La torre del Homenaje, la más alta de la fortaleza, «da a la parte de la población, mirando y controlando la zona de mayor importancia desde el punto de vista estratégico». La torre, en su parte inferior, cuenta con una cámara semisubterránea que sirvió como granero y almacén de alimentos, mientras que en la planta intermedia hay una cámara que se usó para uso residencial y defensivo.

Tras subir unas escaleras que discurren por el interior de la torre se llega a una terraza interna desde donde se contemplan una de las mejores vistas de la campiña cordobesa.

Desde esta atalaya, alejada varios kilómetros de las cadenas montañosas que lo rodean y sin barreras que dificulten la vista, se divisan el Valle de los Pedroches, al norte de Córdoba; Sierra Mágina, en Jaén; Sierra Nevada, en Granada; las Sierras Subbéticas; Sierra de Yeguas, en Málaga y Sierra Morena.

RECOMENDACIONES

FORO ROMANO DE TORREPAREDONES

El Foro Romano es una de las muchas joyas arqueológicas que alberga el yacimiento de Torreparedones. Es el punto neurálgico de la antigua urbe romana, el centro monumental de la ciudad junto a la que se construyeron los edificios más importantes, como la basílica, el templo o la curia. El foro está presidido por tres estatuas monumentales, dedicadas a miembros de la familia imperial. Sobre el pavimento, de grandes losas, se descubrió una inscripción con el nombre de la persona que sufragó la pavimentación.

SANTUARIO ÍBEROROMANO

En la zona sur de Torreparedones, extramuros de la ciudad, se encuentra un santuario iberoromano en

el que las diversas excavaciones arqueológicas han localizado dos edificios de culto. Este edificio, reconstruido, y al que se accede por una escalinata, alberga una columna que representa a la divinidad

y que fue lugar sagrado y de culto durante cuatro siglos, hasta el año 200 de nuestra era. Es uno de los tesoros que custodia este yacimiento arqueológico.

LAS SALINAS JUNTO AL RÍO GUADAJOZ

A pocos kilómetros de Castro del Río y a los pies del cerro sobre el que está localizado el yacimiento arqueológico de Torreparedones, nos encontramos con una de las numerosas salinas que existen en esta comarca desde hace miles de años. Estas salinas tienen su origen en las lagunas saladas que quedaron tras la desaparición del Mar de Tetis, en la Era Mesozoica. Hoy, como ayer, los salineros continúan con su oficio de extracción de sal, un trabajo que ha permanecido inalterable durante siglos.