La situación actual de la representación estudiantil en la Universidad de Córdoba pasa por su peor momento tras la reciente dimisión del presidente de la Mesa del Consejo de Estudiantes, José Emilio Carbonell Prats, y la vicepresidenta, Cynthia Bustos Muñoz, ambas provocadas por la presentación de una moción de censura por parte de los otros dos componentes de la Mesa del CEU, el secretario y tesorero de esta, Ángel Capote y Alberto Cruz-Dosch, respectivamente. Estos hechos han desencadenado en la creación de una subcomisión para decisiones estudiantiles, la cual estará constituida por el vicerrector y los diez presidentes de los Consejos de Estudiantes de los distintos centros de la UCO, según informó el pasado 28 de abril el vicerrector de Estudiantes, Alfonso Zamorano, así como en la ausencia de una Mesa de representación del CEU hasta las elecciones de octubre.

Sin embargo, tanto la creación de una subcomisión vinculada al Vicerrectorado de Estudiantes como la propia moción de censura han provocado rencillas entre los representantes que se situaron en «bandos contrarios». Los principales desacuerdos vienen en relación a la metodología usada por el secretario y el tesorero para la presentación de esta moción. «Este debe ser el último recurso cuando las cosas no funcionan. Sin embargo, en esta ocasión, ha sido el primero», destacan algunos representantes, quienes, ante la «delicada» situación en la que se encuentra el Consejo de Estudiantes y «las malinterpretaciones que algunos han hecho de nuestras opiniones», prefieren no ser citados. Del mismo modo, denuncian que dicha moción «no fue comunicada a todos los consejos de centro, ni se hizo de manera abierta», lo que muchos ven como «un problema más personal que otra cosa, ya que se ve que, de esta manera, tan solo querían que saliera adelante y que no supiera», aunque, por otro lado, reconocen que «todos cometemos errores, pero no por ello hay que actuar de esta forma».

Dentro de todo este ambiente «tenso» y de «descontento», ya que «no hemos dado una buena imagen de la representación estudiantil de la UCO con esto», los representantes ven en este periodo de «vacío de poder» del CEU, un tiempo en el que «poder reflexionar sobre nuestro trabajo» y volver en octubre a las elecciones «con muchas ganas de enmendar errores y hacer bien las cosas». Un tiempo de reflexión que incluso encuentran beneficioso, puesto que «si hubiéramos convocado ahora elecciones, habría sido todo en un momento muy tenso y actuando en caliente, por lo que no habría sido una solución duradera».

Por otro lado, y también desde el entorno de los presidentes de los consejos de estudiantes de los centros, destacan que «al ser nosotros mismos, así como otros profesores y alumnos, los que forman la subcomisión, todo sigue funcionando con normalidad, continuando con el trabajo que se venía desarrollando durante todo el curso».