La agricultura produce ciertos bienes difíciles de cuantificar, como, por ejemplo, la biodiversidad, los paisajes, las alternativas de ocio o la fijación de dióxido de carbono. Además, también contribuye a generar vitalidad en zonas rurales. Por sus características, todos estos bienes se pueden considerar bienes públicos y el hecho de que no tengan precio no quiere decir que no sean importantes. Paradójicamente, los sistemas agrarios que generan esta serie de bienes públicos suelen tener asociados problemas de baja rentabilidad económica, lo que pone en peligro la generación de estos servicios fundamentales. Aquí es donde entra en juego Provide, un proyecto de investigación en el que ha participado la UCO y que pretende proporcionar herramientas para que las administraciones públicas respalden la provisión inteligente de bienes públicos y servir de apoyo en la toma de decisiones.