Un grupo internacional de investigación ha querido buscar una base científica a los artículos que afirman que las harinas refinadas son perjudiciales para la salud y causantes de todas las enfermedades y, tras una extensa revisión de más de doscientas investigaciones realizadas en todo el mundo, ha llegado a una conclusión: «No hay evidencias científicas claras que demuestren que los alimentos hechos a base de harinas refinadas tengan efectos negativos en la salud», afirma Carlos Guzmán, investigador de la Universidad de Córdoba que ha participado en este estudio coordinado por el CIMMYT, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo.

«Esto no quiere decir que recomendemos una dieta exclusiva de harinas refinadas», se apresura a aclarar el investigador, «de hecho, aconsejamos que la mitad de los cereales que se consuman sean integrales». Reconocen que los estudios han demostrado ampliamente que la ingesta de alimentos integrales reduce el riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y de muerte prematura pero los alimentos basados en harinas refinadas también poseen ciertos niveles de fibra y proteínas y son más atractivos para el consumidor por su sabor y textura.H