La Universidad de Córdoba ha publicado esta semana dos convocatorias de movilidad dirigidas a su personal docente, con un total de 90 plazas entre ambas, para la realización de estancias con fines de docencia en instituciones de Educación Superior de países del programa (estados miembros de la Unión Europea, Macedonia del Norte, Islandia, Liechtenstein, Noruega, Turquía y Serbia) y países asociados (resto del mundo).

Eva Lucía Jiménez, profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UCO, ha realizado recientemente una estancia para docencia en la institución asociada Kyrgyz Russian-Slavic University (KRSU) en Bishkek, Kirguistán.

- ¿Qué le motivó a participar en el programa de movilidad del personal a países asociados?

-Tengo que decir que esta movilidad ha sido la cuarta que he realizado con el apoyo de mi universidad, pero que, en todos los casos, las motivaciones han sido las mismas. Yo diría que son de dos naturalezas distintas. Por un lado, está la motivación profesional como docente de la UCO, que me anima a querer internacionalizar mi universidad, mi ciudad y mi país, a fortalecer los lazos con las universidades de acogida y a mostrar a sus alumnos las ventajas que ofrece la UCO como universidad de destino para programas de movilidad. Por otro lado, está la motivación personal, que me anima a querer conocer otros países y lo que esto conlleva, sus costumbres, sus gentes, su comida, etcétera.

-¿Qué es lo que más le llamó la atención de Kirguistán y de la KRSU?

-Para ser sincera, no sabía con exactitud dónde ubicar Kirguistán en el mapa antes de oír hablar de este programa. Sin embargo, defino este viaje como el más impresionante de todos los que he hecho en mi vida. Kirguistán es un país rodeado de naturaleza, montañas, animales en su hábitat natural, así que los paisajes que allí descubrí fueron maravillosos. Además, me quedo con sus comidas típicas, sus bazares, sus amplias avenidas, y hasta con la experiencia de cruzar sus calles teniendo en cuenta que la conducción allí es menos civilizada que en España, eso fue lo que me hizo darme cuenta de que realmente estaba en Asia. Con respecto a la KRSU, tengo que reconocer que creé nuevas amistades. La acogida del rector y de la coordinadora Erasmus+ no podría haber sido más calurosa, y la acogida de los estudiantes igual, incluso me llevaron en dos ocasiones a hacer un tour por la ciudad y a comer juntos en un restaurante típico del centro. Fue una experiencia maravillosa.

-¿Qué diferencias encuentra entre la forma de impartir docencia en la UCO y en la KRSU?

-Realmente no percibí grandes diferencias, creo que ambas universidades comparten los aspectos básicos de la enseñanza actual, como pueden ser el uso de las TICs, la involucración del alumno en su propio proceso de aprendizaje, el trabajo en grupo o la colaboración del alumnado para la resolución de dudas de otros compañeros.

-¿Considera participar de nuevo en este programa, bien al mismo u otro país de destino?

-Sin ninguna duda. En el viaje de vuelta ya estuve pensando qué país debería visitar en el futuro para dar a conocer la UCO y nuestra ciudad, sin descartar, por supuesto, volver a Kirguistán.

-¿Cree que esta movilidad puede ser el punto de partida de futuras colaboraciones con la institución asociada?

-Pienso que sí. Creo que ambas partes están abiertas a futuras colaboraciones, bien con la implicación de su personal docente, bien con la del alumnado. Los alumnos a los que conocí barajaban la posibilidad de venir a Córdoba para realizar sus estudios de postgrado, lo cual puede abrir otra vía de colaboración entre ambas instituciones.