La mejor defensa es un ataque, debió pensar ayer el empresario Ricardo Ramírez, quien destacó a este periódico que hace tres años, cuando la casa Chopera "tuvo inconvenientes" con la propiedad de la plaza, "pasaron circunstancias similares" --un baile de corrales, según su relato-- y "ahora que nos quieren rescindir el contrato vuelve a pasar". "Lo veo raro --insistió-- porque yo no calibro romanas, pero me parece muy extraño que cada vez que una empresa tiene un cortocircuito con la propiedad empiezan los bailes de corrales". ¿Se refería a que lo de ayer fue una maniobra orquestada por los dueños de la plaza? "No sé, lo que veo es una coincidencia", respondió. Sin embargo, su gerente, Julián Alonso, fue más directo: "Aquí hay una mano negra", declaró a Aplausos .

Ramírez, además, dijo que la suspensión había sido "un golpe muy fuerte" y aseguró que las 10.45 horas de ayer ya se le propuso al presidente del festejo traer toros de Julio de la Puerta, e incluso "venían de camino" cuando se conoció la decisión de la autoridad. "Se le ofrecieron más toros y dijo que por falta de tiempo ya no los aceptaba", según Ramírez. El presidente, Rafael Ruiz, explicó sobre este extremo que la empresa se limitó "a decir que si viene, que si llamo, que si llegan a las cuatro..., y nosotros sabemos lo que pasa si esperamos: primero, no cumplimos con nuestra obligación; segundo, sentamos un mal precedente, y tercero, a las cinco nos tenemos que comer lo que sea porque no hemos avisado al aficionado a tiempo".

Pero más allá de eso, el empresario ni tan siquiera llegaba a comprender que no hubieran pasado los de Jaralta. "Los vi en los corrales y tenían mucho trapío", aseguró. Incluso insistió, a pesar de la falta de peso, en que "trajimos doce y seis se podían haber sacado".

Quien no se quiso pronunciar sobre lo ocurrido fue la sociedad propietaria de la plaza. Su presidente, Tomás González de Canales, apuntó a este periódico que "no vamos a hacer ningún comentario", aunque añadió que "ya lo dijimos todo" en el juzgado y "ahí están los hechos". La ruptura con la empresa, sin duda, no tienen vuelta atrás y volverá a los juzgados.