La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) considera que existe un episodio de ola de calor cuando al menos, durante tres días consecutivos, en un 10% de las estaciones meteorológicas hay máximas por encima de un percentil del 95% de su serie de temperaturas máximas diarias entre los meses de julio y agosto del periodo 1971-2000. Teniendo en cuenta esto, la Aemet calcula una temperatura umbral (percentil del 95%) de su serie de máximas diarias en este periodo para cada estación meteorológica. Asimismo, se buscan los episodios cálidos de al menos tres días con temperatura máxima que iguale o supere su temperatura umbral. Tras esto, se determinan los días cálidos, que se producen cuando al menos un 10% de las estaciones están dentro de episodios cálidos. Teniendo en cuenta esto, la ola de calor se puede considerar cuando hay episodios de tres o más días cálidos consecutivos.

Eso es lo que provoca, por ejemplo, que aunque se den las temperaturas más altas en Córdoba respecto a otras localidades como Cuenca, Ciudad Real o Jaén, éstas se hayan visto afectadas por más olas de calor pues la temperatura umbral de Córdoba es más elevada que en aquellas. Así, la Aemet pone como caso la ciudad de Sevilla para explicar este episodio, que se traslada también a Córdoba. En Sevilla, aproximadamente del 60% de los días de julio y agosto se registran máximas superiores a 35 grados y un 25% por encima de 38 grados. Por ello, un día que haga 38 grados en Córdoba sería un día muy caluroso, pero no para ser candidato a ola de calor. Por el contrario, la máxima absoluta del municipio de Molina de Aragón es 38 grados, por lo que una máxima de 38 grados en este municipio sí podría formar parte de un episodio de ola de calor.