Los datos hablan por sí solos. La actual crecida del Guadalquivir a su paso por Córdoba, con un caudal de 2.400 metros cúbicos por segundo, es ya histórica. Y es que ha tenido que pasar casi medio siglo para que el caudal del río supere el registro de los 2.000, algo que no ocurría desde 1963, año en el que se sufrió la mayor y más grave avenida, dejando a su paso inundaciones en gran parte de la provincia y la evacuación de 300 familias en el Campo de la Verdad.

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La que se vive ahora --menor que la del 63, cuando se registraron 4.000 metros cúbicos por segundo, pero mayor que la de 1997, cuando la cifra se quedó en los 2.000, según datos de la Agencia Andaluza del Agua-- también ha provocado numerosos desalojos, ha dejado centenares de afectados y ha causado diversos cortes de carreteras y en el transporte ferroviario.

Como se preveía, la crecida del río sumó en la madrugada de ayer en la capital nuevos desalojos a los ya registrados el martes. Los puntos críticos se situaron en el entorno del aeropuerto --parcelaciones de Guadalvalle, Altea, Fontanar de Quintos, La Forja y Majaneque-- y en Alcolea --parcelaciones de Ribera Baja, Las Cigüeñas, Pilar de la Vega y en el casco urbano, en la calle La Barca--. En la provincia, 200 personas vieron peligrar sus casas en Palma del Río, aunque solo 16 las dejaron. En total, 216 viviendas --150 de ellas en la capital-- se vieron afectadas en toda la geografía cordobesa, según informó la Junta de Andalucía.

EL AEROPUERTO, CERRADO Además de los desalojos, otro reguero de incidencias se fueron sumando a lo largo de la jornada, en la que se mantuvo activado, por segundo día consecutivo, el nivel 2 del plan de emergencias ante el riesgo de inundaciones. Así, el aeropuerto estuvo cerrado al verse afectada la pista actual, además de la zona en obras para su ampliación; en Torres Cabrera, por el desbordamiento del Guadajoz, se vio afectada la parcelación La Atalayuela; de las instalaciones de Sadeco en Casillas se tuvieron que sacar los animales y realojarlos en otros puntos; la estación de depuración de aguas residuales de La Golondrina tuvo que parar al verse afectada por la crecida; en Cabra quedaron anegadas las huertas; la carretera A-431, entre Almodóvar y Posadas, permaneció cortada, teniendo que abrirse de forma provisional la variante aún en obras...

La situación, no obstante, tiende a estabilizarse. Según los datos manejados ayer tarde en la reunión del comité asesor del plan de emergencias, las previsiones apuntan a que el caudal del río se mantendría en torno al pico máximo registrado, que fue de 2.400 metros cúbicos por segundo, informó la Junta.

MENSAJE DE TRANQUILIDAD La delegada del Gobierno, Isabel Ambrosio, que insistió en mandar un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía, destacó que la Junta mantiene contacto con los alcaldes de las zonas afectadas para mantenerlos informados de la evolución de los acontecimientos y apuntó que, pese a que las previsiones meteorológicas para las próximas horas fueran favorables, se va a mantener el nivel de alerta para garantizar la seguridad e integridad de las personas. Además, la previsión es que el nivel de los desembalses baje si deja de llover. Ayer, todos los pantanos cordobeses soltaban agua, excepto La Breña e Iznájar.