Germán Moreno, técnico de Servicios Sociales del Ayuntamiento, tuvo un discurso elocuente y muy pegado a la realidad en el que, tras analizar las evidentes carencias del sistema y exponer cómo «se culpabiliza e incluso se humilla al pobre haciendo que tenga que llamar a cuatro o cinco puertas para obtener lo básico» y afirmar categóricamente que la empatía «no existe, porque no hemos estado ni por asomo en esa situación», abogó por luchar contra la pobreza «garantizando el acceso a ingresos básicos» que les permitan empezar a buscar un futuro sin la angustia diaria. En su opinión, no se puede aspirar a erradicar la pobreza mientras las personas sin recursos tengan que despertarse cada día pensando cómo superar los controles burocráticos para conseguir que le den una ayuda que en ningún caso servirá para que dejen de ser pobres. Asimismo, llamó la atención sobre el hecho de que en un Estado del bienestar que garantiza servicios sanitarios, educación y pensiones de un modo más o menos público y universal, deje en una especie de cajón desastre, el de los Servicios Sociales, el resto de problemas que tienen que ver con la pobreza, como son la vivienda, el empleo, el acceso a recursos básicos, «cuando la pobreza debería abordarse desde todos los pilares del Estado del bienestar».