Los indicadores económicos lo venían advirtiendo desde hace meses, aunque ha sido ahora cuando el Índice de Confianza Empresarial Armonizado (IECA) ha confirmado lo que ya venían anticipando los empresarios. La actividad económica, sobre todo por el retraimiento del consumo y la incertidumbre en los mercados, se está ralentizando en Córdoba y en el resto de Andalucía y de España. La incertidumbre es aún mayor en Córdoba, donde los empresarios son los que se muestran más pesimistas sobre la marcha de sus negocios: un 25% de los establecimientos considera desfavorable el tercer trimestre de este año, mientras que solo un 12,5% afirma que les fue bien, lo que deja una diferencia de 12,5 puntos, que es el saldo más bajo de Andalucía. Además, las expectativas para el cuarto trimestre del año tampoco son favorables. Así, el 16,9% de los establecimientos espera que les irá bien, mientras que el 18,7% dice que será un trimestre desfavorable. La diferencia entre el balance de situación y las expectativas deja el Índice de Confianza Empresarial Armonizado en 132,5 puntos, un 3,6% inferior que en el tercer trimestre del 2018 y al nivel más bajo desde el tercer trimestre del 2015. Esta caída del índice es superior a la registrada en España (-1,7%) y en Andalucía (-3%).

La estadística no avanza datos provinciales sobre la evolución de los sectores económicos, por lo que hay que analizar cómo evolucionan a nivel regional, tendencia que, según los expertos, no varía mucho en el desglose provincial si se tiene en cuenta el peso de actividades como el comercio o la hostelería. En Andalucía, la confianza ha sufrido su mayor descenso en transportes y hostelería (-8,2%), seguido del comercio (-3%), la industria (-2,7%), la construcción (-2%) y otros servicios (-1,5%).

El presidente de la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO), Antonio Díaz, afirmó ayer que esta evolución del índice viene a confirmar lo que viene diciendo la patronal. «Observamos que se está produciendo una bajada del consumo en Córdoba, se observa que se están ralentizando las decisiones empresariales y vemos que las amenazas del Gobierno central de subida de impuestos no son señales atractivas para la inversión», explica Díaz. El presidente de CECO estima que esta incertidumbre «desincentiva» la toma de decisiones.

Manuel Alejandro Cardenete, catedrático de Economía de la Universidad Loyola Andalucía, considera que no se puede hablar de una recesión económica, aunque sí emplea la palabra ralentización. «Hay previsiones de retroceso del PIB en España y en Andalucía respecto a lo estimado. Si esto va a más tendremos un problema a medio plazo», señala.

Cardenete achaca la situación a factores externos como la guerra comercial, la subida de tipos de interés o la caída en el crecimiento de países que estaban saliendo de la crisis, como Argentina, Brasil y Turquía, que tienen una gran influencia en la economía española.

El comercio, precisamente, es uno de los sectores que más se están viendo afectados por la caída del consumo, tras el fuerte retroceso que sufrió durante la crisis económica. «Es una situación muy complicada la que está pasando en el sector. Entre el 2007 y el 2014 hubo una caída del 50% de las ventas. A partir del 2014 empezó una lenta recuperación, que este año se va a parar», indica Rafael Bados, presidente de Comercio Córdoba. Detrás de esta reducción de las ventas, Bados ve varios factores. Por un lado, la derogación de los periodos de rebajas, «que eran un instrumento muy importante para el comercio de cercanía y que te permitía salir del stock de temporada». Por otro, la incidencia del comercio electrónico, que está adquiriendo cada vez una mayor importancia. «El pequeño comercio debe ir adaptándose al comercio electrónico. Para las nuevas generaciones es un canal de ventas que irá creciendo en los próximos años», añade.

Por su parte, el presidente de la Asociación Cordobesa de Hostelería y Turismo (Hostetur), Francisco de la Torre, estima que en el sector se está produciendo una desaceleración, lo que achaca a la bajada del consumo, pero también al crecimiento de otros destinos, la apertura de nuevos negocios y la competencia existente. «Llevamos avisando y pidiendo más promoción», señala De la Torre, que confía en las oportunidades que se pueden abrir tras la declaración de Medina Azahara como Patrimonio de la Humanidad y con la vinculación del turismo cultural y gastronómico y con el turismo de congresos. «Este puente del Pilar estaremos al 95% de ocupación. Si hacemos una buena promoción de este producto, somos una ciudad única. Esto nos hace tener confianza y esperanza», añade.

Por su parte, la presidenta de la Asociación de Empresarios de la Construcción (Construcor), María Dolores Jiménez, califica de «normales» estas menores expectativas en el cuarto trimestre del año, aunque advierte de la escasa obra pública que se hace en Córdoba. «Venimos de cifras tan bajas en los últimos años, que cualquier leve mejoría parece que es más importante», señala Jiménez, que destaca las dificultades que están pasando las empresas de menos de 50 trabajadores. «Hay incertidumbre, no hay presupuestos, hay anuncio de cambios de impuestos que no se concretan», precisa la presidenta de Construcor.