“Mi tierra no se merece la inestabilidad que hay en el resto de España». Con esta frase, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz confirmó ayer lo que era un secreto a voces desde hace meses: que los andaluces irán a las urnas antes de final de año. Díaz disolvió ayer el Parlamento en un consejo de gobierno extraordinario y convocó elecciones anticipadas para el próximo 2 de diciembre, alejando por tanto la posibilidad de que Pedro Sánchez avance también las generales al tener que pasar al menos dos meses entre dos comicios.

La nueva legislatura comenzará por tanto a rodar con el 2019. Díaz justificó en rueda de prensa las razones para tal «acto de responsabilidad» con su tierra, y que apenas difieren de las empleadas hace tres años al romper con IU. Tras asegurar que «es el momento de alejarnos de incertidumbres», apuntó a la inestabilidad política derivada de la ruptura unilateral de Cs, «por motivos que no voy a valorar», y a la necesidad de que la comunidad tenga una campaña «con acento andaluz» y sin interferencias.

La presidenta concedió que marzo de 2019 era una fecha inviable por la cercanía de las municipales y el temor a que las negociaciones en esa cita contaminaran la formación del Gobierno. Por eso, la decisión del anticipo estaba tomada desde antes de verano, pero la posibilidad de un adelanto de las generales sembró dudas e hizo postergar el anuncio. Evitaba comparar resultados con Sánchez en unas elecciones conjuntas.

En este sentido Díaz, que presumió de heridas cerradas tras las primarias celebradas «hace muchísimo tiempo» y de relación fluida con la dirección federal, aseguró que el socialista fue el primero en conocer la fecha de los comicios, sobre cuya conveniencia sí consultó antes con agentes sociales.

Desde la dirección federal dicen que ella llevó toda la decisión en solitario y sólo lo comunicó cuando ya estaba todo cerrado, informa Juan Ruiz Sierra. No obstante, deslizan que al ejecutivo socialista no le viene mal empezar el nuevo año con buenos resultados. Porque todos los sondeos aventuran una nueva victoria de Díaz, que mantendría los 47 escaños actuales de los 109 posibles, y que el PSOE logrará alcanzar así los 40 años de gobierno ininterrumpidos, aunque sea con pactos.

Los socialistas andaluces preferirían un socio cómodo como ha sido Cs Andalucía, pero está por ver si a la dirección nacional naranja le interesa mantener de nuevo al PSOE mientras disputa con Pablo Casado la hegemonía de la derecha. La estrategia nacional puede influir por tanto en las opciones del hombre de Rivera en la región para entrar en un gobierno de coalición.

Susana Díaz, en su comparecencia ayer ante los medios de comunicación. EFE

Díaz se refirió a la imposibilidad de sacar adelante los presupuestos autonómicos, un mensaje envenenado para Sánchez, que tiene precisamente en las cuentas generales un escollo para continuar en La Moncloa.