Hace más de una década que empezó la crisis y muchos cordobeses no recuerdan ya cómo era su vida antes de que su diccionario se poblara de palabras como paro de larga duración, desahucios, pobreza energética, sinhogarismo, exclusión, banco de alimentos o precariedad. Como una de esas largas filas de fichas de dominó que se derrumban una tras otra por el leve impulso de la anterior, familias enteras han ido quedando a merced, primero del subsidio de desempleo; luego, de los ahorros familiares; más tarde, de las ayudas, hasta acabar refugiándose, tras años de independencia, en casa de los padres, pensionistas sin derecho a disfrute. En el peor de los casos, a merced de la calle. Los que nunca tuvieron la suerte de vivir con holgura, siguen sumidos en la miseria más profunda, ya que la crisis y los recortes que esta conllevó les arrebató las migajas que en tiempos de bonanza les quitaban el hambre.

BARRIOS POBRES, BARRIOS RICOS

BARRIOS POBRES, BARRIOS RICOS Si el relator de la ONU, Philip Alston, hubiera visitado Córdoba, habría encontrado una ciudad marcada por la desigualdad, en la que conviven tres de los barrios más pobres de España (Moreras, Palmeras y Guadalquivir-Sur), donde la renta per cápita, según el informe Urban Audit del INE del 2019, se sitúa en torno a los 6.500 euros, frente a los barrios más ricos, situados en el Centro y El Brillante, donde la renta anual es más del doble o superan ampliamente los 15.000 euros de media por habitante. Mientras la pobreza se acentúa en los barrios donde el dinero siempre brilló por su ausencia, muchos de los millonarios cordobeses hicieron que sus fortunas emigraran a otros lugares, cambiando su domicilio fiscal por comunidades con bonificaciones de casi el 100%. Así, de los 1.312 cordobeses que declaraban más de 700.000 euros en el 2013, según las estadísticas publicadas el año pasado, solo quedan 640. En los últimos años, tanto la Junta de Andalucía como el Ayuntamiento de Córdoba ha anunciado sendos planes contra la exclusión social en las zonas desfavorecidas, el último en colaboración con la Universidad Loyola, cuyos frutos aún están por ver.

Situación de pobreza en un barrio de Córdoba. FOTO: A.J. GONZÁLEZ

Según Alston, los principales problemas que amenazan los derechos sociales de la población española son «el alto nivel de desempleo, una crisis de vivienda de proporciones inquietantes, un sistema de protección social inadecuado que arrastra deliberadamente a un gran número de personas a la pobreza, un sistema educativo segregado y anacrónico y un sistema fiscal que brinda muchos más beneficios a los ricos que a los pobres». La Red Andaluza de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social de Andalucía presentó en octubre del año pasado un informe analizando cada uno de esos parámetros, algunos de los cuales ya están actualizados:

DESEMPLEO

DESEMPLEO Según los datos de la última EPA, la tasa de paro de Córdoba se situaba a final de año en el 23,7%, la segunda más alta de Andalucía y la tercera más elevada de España, diez puntos por encima de la media nacional (13,7%). Durante el último año se registró además un incremento de los hogares con todos los miembros en paro, 29.600 en total, 2.360 más que al cierre del 2018.

VIVIENDA

VIVIENDA La crisis de vivienda es más que notoria en Córdoba y acentúa las desigualdades existentes. Mientras el ritmo de construcción de vivienda protegida sigue estancado, las promociones privadas se multiplican y solo hay cien viviendas protegidas en venta para más de 5.200 demandantes. El 69% de los que quieren vivienda protegida, buscan alquiler, pero en la última década apenas se han entregado 250 pisos y quedan más de 5.000 familias inscritas esperando turno. En el otro extremo, el número de viviendas con fines turísticos creció en Córdoba un 55,6% en un año, situándose ya por encima de las 5.500. En los últimos años, la cifra de desahucios se mantiene en torno a los 500 anuales mientras los precios de compra y alquiler siguen al alza.

EDUCACIÓN E INFANCIA

EDUCACIÓN E INFANCIA El último informe de Save the Children, de febrero de este año, señala que el 26,9% de los niños andaluces, y entre ellos los cordobeses, viven en pobreza y exclusión y, entre ellos, un 13,3% se encuentra en pobreza severa. Los tres perfiles de familia en mayor riesgo de exclusión son las pequeñas familias rurales, las pequeñas familias urbanas encabezadas por mujeres solas y aquellas grandes familias donde conviven abuelos, padres e hijos. El 28,1% de los hogares precarios urbanos sufren pobreza energética y no pueden afrontar el pago mensual de las facturas del gas, agua y electricidad. La tasa de abandono escolar está por encima del 23% en Córdoba, la cuarta provincia de Andalucía en este indicador, que se acentúa especialmente, en los barrios más pobres. al igual que el fracaso escolar.

SINHOGARISMO

SINHOGARISMO Según el último recuento realizado en el 2019 por la Red Cohabita de Córdoba, unas 326 personas viven en las calles de la ciudad, una cifra que se suma a la de aquellos alojados en la Casa de Acogida Municipal y en el Hogar Residencia San Pablo de Cáritas. Entre 80 y 100 personas acuden a diario al comedor social trinitario de la Fundación Prolibertas. El último balance anual presentado por la entidad reveló que atendieron a un 8,8% más de personas que el año anterior pese a haber sufrido un recorte de 80.000 euros en las ayudas públicas. Mientras tanto, el centro de emergencia habitacional sigue sin ver la luz.