Los consumos de luz y agua han sido claves en el control llevado a cabo por el Ministerio de Hacienda desde hace algunos años. El secretario general de Gestha considera que, aunque «el control no ha sido un objetivo prioritario en los planes anuales de la Agencia Tributaria», medidas como «la información de los consumos de electricidad, la consignación del número de referencia catastral de la vivienda donde está situado el domicilio fiscal de los arrendatarios, las deducciones autonómicas en favor del inquilino, o la deducción estatal mientras estuvo vigente» han ayudado.

El secretario general de Gestha, que lleva tiempo denunciando el fraude existente, afirma que «el alquiler sumergido es algo que realizan habitualmente los propietarios y responde a dos tipos de situaciones», la de «una persona mayor que deja de residir en su vivienda para trasladarse a la de un hijo y la alquila», o la «del que cambia de piso por otro más grande o mejor situado y que, en vez de ponerlo en venta, lo alquila para ayudar a pagar la hipoteca». En los dos casos, señala, «son personas que no cuentan con asesoramiento y es un fraude muy sencillo de descubrir». Recuerda que desde el 2010 «los datos del consumo eléctrico más las campañas de comprobación realizadas hacen que cada vez se declaren más arrendamientos». Añade que Hacienda «manda una carta a los propietarios con consumos altos en inmuebles que aparentemente están desocupados» o cuando detecta que «las familias tienen gastos más altos que los ingresos declarados».

Mollinedo recuerda que «el alquiler goza de una reducción del 60% de los rendimientos declarados y eso es un incentivo importante».