A grandes males, grandes remedios. Representantes de distintas actividades comerciales de la ciudad plantearon ayer un diagnóstico de su situación y posibles soluciones ante retos como la competencia de la venta on line, en una charla coloquio organizada por la asociación Futura y celebrada en la sede de la Fundación Cajasol.

El primero en tomar la palabra fue Antonio Deza, director gerente de Deza Calidad, que afirmó que «el mayor peligro para todos es el canal on line» e hizo hincapié en la desaparición de algunas tiendas de los barrios, citando como ejemplo los videoclubs y los establecimientos de electrónica. Deza apuntó algunas «ventajas» que los consumidores encuentran en internet, como una mayor disponibilidad del producto y comodidad, y destacó que «el futuro del comercio de proximidad depende de cómo actuemos los empresarios. Tenemos que mejorar al cliente la experiencia de compra en nuestros establecimientos».

De su parte, Miguel Peris, de Miguel Peris & Paqui Díaz Moda, explicó que «tenemos nueve tiendas de ropa en Córdoba y llevo cinco meses con la tienda on line», donde «recibimos visitas que nos están sorprendiendo, que luego repercuten en nuestras ventas». Este empresario recordó que el consumo llegó a bajar un 50% en su sector durante la crisis y, entre otras ideas, indicó que «las redes están sufriendo un colapso de oferta, pero hay que estar porque son unos magníficos escaparates virtuales».

Ana Rivas, propietaria de La República de las Letras, apuntó el problema ocasionado en las librerías por la distribución, recordando que sus precios son fijos, y también lamentó que «España no es un país lector». En esta línea, comentó que «el 23 de abril en esta ciudad se anunció que se abrían las fiestas de mayo cuando toda España celebraba el Día del Libro». Asimismo, manifestó que «esta ciudad esta llena de eventos gratis todo el año» y que esto «está evitando que las personas que tengan una iniciativa puedan generar eso». Rivas subrayó que «tenemos un estrés festivo cordobés enorme» y reivindicó que «no podemos estar todo el día de fiesta, porque impedimos la vida normal de las personas», aludiendo a la necesidad de pasear, ver los comercios y conversar.

De otro lado, José Luque, uno de los socios de Calzados Salvador, se mostró convencido de que «conmigo desaparecerá el negocio» y centró su intervención, principalmente, en los problemas que tiene el Centro Comercial Abierto Centro. Entre otros aspectos, citó la falta de aparcamiento, la escasa iluminación y que «la zona azul está haciendo muchísimo daño» por la incomodidad que supone contar solo con dos horas de estacionamiento. Este empresario comentó, además, que «han cambiado mucho los hábitos de compra» y detalló que en su empresa «nos hemos especializado en la persona mayor y nos está funcionando».

Por último, Álvaro Fuentes Guerra, técnico de Ecocórdoba, hizo hincapié en que «el comercio es un actor básico para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible» para el año 2030. Así, hizo referencia a su impacto económico en las ciudades; a su dimensión social «como articulador de los barrios» y a la medioambiental, «porque en el caso de Ecocórdoba trabajamos por acortar los canales de comercialización y potenciar la producción local, es un modelo de distribución mucho más sostenible», explicó.