Uno de los elementos más destacados del trabajo fue la creación de unos modelos de ratón que pudieran reproducir la enfermedad humana. «El desarrollo nos llevó cuatro años, pero acertamos plenamente», relata Batlle. Estudios anteriores se habían hecho tomando células humanas y poniéndolas en ratones inmunodeprimidos, pero precisamente eso no permite observar cómo reacciona un sistema inmunitario normal, añade el investigador del IRB Barcelona. Tauriello aplicó a ratones de laboratorio cuatro de las mutaciones genéticas más comunes presentes en los tumores humanos de colon avanzados. Tras comprobar la similitud con los tumores humanos agresivos, se creó un biobanco de organoides tumorales -minitumores- para poder reintroducirlos de forma controlada en ratones inmunocompetentes (sin problemas en el sistema inmunitario). «Para estudiar el sistema inmunitario, el tumor debe ser de ratón, de otro modo su organismo lo rechazaría», explica. A través de este modelo que mimetiza las principales características del cáncer de colon metastásico en humanos, pudieron estudiar cómo las células cancerígenas lograban ocultarse de la acción del sistema inmunitario.