Felipe VI hizo ayer un llamamiento para trabajar juntos con el fin de que el legado histórico de España en Estados Unidos sea «más ampliamente conocido», al tiempo que defendió el uso del idioma español en el país para aquellos que se sienten orgullosos de hablarlo.

En la jornada inaugural de la visita con la reina Letizia a Nueva Orleans (EEUU), primera escala de una gira que también les llevará a San Antonio y Washington, el Rey de España pronunció sus primeras palabras en la recepción celebrada en el Gallier Hall, uno de los edificios emblemáticos de la ciudad del Misisipi. La alcaldesa de Nueva Orleans, la afroamericana LaToya Cantrell, hizo entrega al Rey de las llaves de la ciudad en agradecimiento a su visita coincidiendo con la celebración del 300 aniversario de la fundación del municipio, situado en el estado sureño de Luisiana. «Es un gesto profundamente conmovedor de amistad y hospitalidad», agradeció Felipe VI a Cantrell en presencia del gobernador del estado, John Bel Edwards, con quien el Rey se reunió previamente.

Nueva Orleans fue erigida por los franceses, pero estuvo en manos de los españoles de 1782 a 1803, en una etapa floreciente que marcó decisivamente la idiosincrasia de una de las ciudades con más encanto de EEUU. «Se podría decir que la historia de España aquí en Luisiana no es suficientemente conocida, a pesar de la minuciosa labor de investigación de historiadores y académicos», reflexionó el Rey en un discurso pronunciado en inglés, salvo una parte en español.

Por ello, prosiguió, «debemos trabajar para hacer que la herencia española y el no menos importante perdurable legado de España sea más ampliamente conocidos». Según Felipe de Borbón, cuando Nueva Orleans no tenía aún una cultura definida, España optó por «una política abierta e integradora» que hizo que la población pasara de 3.500 a casi 50.000 habitantes.

Los Reyes proseguirán mañana su gira por San Antonio.