El mundo de la televisión y del cine despidió ayer sábado en Madrid a Narciso Ibáñez Serrador, fallecido el pasado viernes a la edad de 83 años. A la capilla ardiente, instalada en el Tanatorio de la M-30 de Madrid, se acercaron distintas personalidades del mundo del audiovisual cercanos al mítico realizador que querían darle el último adiós y estar cerca de la familia. El féretro saldrá hoy, domingo, rumbo a Granada donde será enterrado en el cementerio de San José, donde yacen los restos de su madre, la actriz Pepita Serrador, tal como era su deseo.

Sus hijos, Pepa y Alejandro Ibáñez, se mostraron agradecidos por el cariño que recibieron de parte de los medios y de la gente que se ha volcado en las redes sociales reconociendo el trabajo en las diferentes facetas que practicó a lo largo de su vida y lo mucho que ha significado en la historia de nuestro país, constituyéndose como memoria viva de unos años en los que el país necesitaba abrirse a un nuevo impulso creativo a través del entretenimiento.

«Cuando era niño no era consciente de lo que significaba todo aquello. Para mí era mi mundo, mi familia, hasta que pasan los años y te das cuenta de lo que ha conseguido mi padre», comentó Alejandro Ibáñez. «La televisión era su casa. Y era un maestro y padre para todos», añadió su hija.

El mismo viernes por la tarde, poco después de conocerse la noticia, se acercaron al tanatorio Rosa María Mateo, administradora única provisional de RTVE, y María Casado, presidenta de la Academia de Televisión. Además, Boris Izaguirre y Lidia Bosch, que comenzó su carrera formando parte del equipo de azafatas del mítico programa de televisión Un, dos, tres… responda otra vez. Y es que Chicho Ibáñez Serrador fue el descubridor de toda una cantera de talentos que forman parte de los anales de la pequeña pantalla.