El estudio científico forma parte de una iniciativa de Wellcome Trust llamada ‘Stratifying Resilience and Depression Longitudinally (Stradl)’, que tiene como objetivo clasificar subtipos de depresión e identificar factores de riesgo.

Heather Whalley, investigadora principal de la División de Psiquiatría de la Universidad de Edimburgo, ha explicado que «este estudio utiliza datos de la muestra individual más grande publicada hasta la fecha y demuestra que las personas con depresión tienen cambios en el cableado de la materia blanca de su cerebro».

Añade que «hay una necesidad urgente de proporcionar tratamiento para la depresión y una mejor comprensión de los mecanismos nos dará una mejor oportunidad de desarrollar nuevos y más eficaces métodos de tratamiento. Nuestros próximos pasos estarán encaminados a mirar cómo la ausencia de cambios en el cerebro Se relaciona con una mejor protección contra el malestar y el mal humor».