El joven marbellí Pablo Ráez, fallecido ayer tras serle diagnosticada una leucemia hace casi dos años, consiguió convertir en fenómeno viral su combate contra esta enfermedad. Pablo era un joven deportista de 18 años cuando, en marzo del 2015, los médicos le diagnosticaron leucemia.

Tras someterse a varias sesiones de quimioterapia, le trasplantaron la médula de su padre y, gracias a esta intervención, se recuperó. Sin embargo, apenas diez meses después, la enfermedad reapareció y fue necesario buscar un nuevo donante, por lo que lanzó a través de las redes sociales la campaña «Reto un millón», en la que animaba a la gente a donar médula ósea bajo el lema «no para mí, para todo el que lo necesite».

En noviembre del 2016, recibió en el Hospital Regional Carlos Haya de Málaga una infusión de células madre tras la donación de una joven americana, donación que fue posible gracias a su campaña. Durante la semana en la que estuvo hospitalizado, Pablo mostró a través de un vídeo en su cuenta de Instagram la cámara de aislamiento en la que permaneció tras la intervención y agradeció a sus seguidores «los mensajes de apoyo», así como «el calor» que recibió por parte de estos.

Sin embargo, las malas noticias llegaban de nuevo en enero, cuando sufrió un rechazo. El día 25, Pablo Ráez recurría de nuevo a las redes sociales y publicaba en su perfil de Facebook: «He estado más ausente estos días, ya que estoy centrando en mí la poca energía que tengo para superar esta etapa, que está resultando difícil, pero no imposible». También relataba el tratamiento al que le estaban sometiendo y reconocía que era un momento duro: «Dan ganas de tirar la toalla, de dejar de sufrir». Tan solo un mes después de publicar estos mensajes, Pablo ha fallecido rodeado de su familia, dijo ayer su padre, Francisco Ráez, quien lamentó que Pablo no haya podido luchar más contra la enfermedad. El funeral se oficiará hoy en la Iglesia de La Encarnación en Marbella.