La lucha contra el tabaco ha hecho progresos indiscutibles, pero el cigarrillo electrónico y otros dispositivos conexos amenazan estos avances cuando se les presenta como una ayuda para dejar de fumar, según informó ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta organización ha pedido que se regule a estos dispositivos de la misma forma que se hace con el tabaco porque no hay evidencia científica que demuestren su supuesta reducida toxicidad, el principal argumento que utiliza la industria tabaquera para pedir que se les reglamente de forma «diferenciada», informa Efe.

«Son productos que se han convertido en una puerta de entrada del tabaco para la gente joven. Nuestra recomendación a los gobiernos es que los traten y regulen como productos de tabaco», rebatió un responsable de la Unidad de Control del Tabaco de la OMS, Vinayak Prasad, al presentar un nuevo informe mundial sobre la evolución de la epidemia del tabaco. Su advertencia se justifica por el aumento de la popularidad de estos dispositivos en el mundo, que ya cuentan con 367 millones de usuarios, frente a 1.100 millones de fumadores de cigarrillos convencionales. En diez años de esfuerzos internacionales para reducir el consumo se ha conseguido multiplicar por cuatro el número de personas que viven en países que aplican medidas como la prohibición de fumar en espacios públicos y las advertencias gráficas en los paquetes.

Sin embargo, las ayudas para dejar de fumar y el aumento de los impuestos al tabaco siguen siendo áreas donde hay debilidades. Según el informe, solo 23 países ofrecen el más alto estándar de servicios para abandonar el cigarrillo: centrales telefónicas gratuitas que aportan ayuda y consejos, orientación en los centros de salud y terapias de reemplazo de la nicotina cuyo coste esté totalmente cubierto.

Prasad dijo que en este ámbito el riesgo más obvio está en los intentos de las tabaqueras de presentar los cigarrillos electrónicos o los Iqos (dispositivos de tabaco calentado) como alternativas que ayudan a parar de fumar. Lo que en realidad se ha observado es que cuando se acude a ellos se crean «fumadores duales», es decir que consumen cigarrillos convencionales además de los electrónicos o de los Iqos.

La lucha contra el tabaco en España ha avanzado, pero podría hacerlo mucho más si se ampliarán las ayudas para los que quieren dejar de fumar y cambiara la manera como se fija el impuesto a este producto, según el análisis de la OMS, que recomienda a España que el sistema sanitario amplíe las terapias.