La Guardia Civil intervino unas 200 piezas arqueológicas expoliadas en yacimientos subacuáticos y terrestres de la provincia de Cádiz, en una operación en la que fueron detenidas tres personas. Los tres detenidos son gaditanos y desde niños estaban habituados a toparse con restos arqueológicos en una zona de mar que históricamente ha sido testigo del hundimientos de barcos por tormentas o por enfrentamientos navales. Una autorización para extraer coral rojo servía de tapadera a la red, formada por dos buzos profesionales y otro que había dejado de serlo por problemas de salud, para inspeccionar el mar y extraer piezas que luego vendían. Para ello se valían de diverso material que fue intervenido por los agentes. Entre otros medios contaban con una especie de dron acuático con el que inspeccionaban el fondo del mar de manera remota.