La Policía Nacional, los Mossos y la Policía de Rumanía, con la participación de Europol y Eurojust, han desmantelado una multinacional del fraude que estafó más de ocho millones de euros mediante sofisticadas técnicas de ingeniería social. El responsable del entramado estaba afincado en la provincia de Valencia. La organización estafaba a administraciones públicas y a particulares. Entre los días 23 y 25 de abril se llevó a cabo un operativo policial conjunto entre España y Rumanía que ha permitido detener a 14 personas en España y cinco en Rumanía. Estas detenciones sumadas a las 14 que se habían llevado a cabo a lo largo de la investigación elevan la cifra de arrestados a 33. La investigación comenzó a principios del año 2017 tras analizar diversas denuncias por estafa presentadas en diferentes puntos de España que seguían un patrón similar.

Una vez realizadas las primeras gestiones se acreditó la magnitud del entramado delictivo, que contaba con una estructura perfectamente dividida en diferentes departamentos. En España, los miembros de la organización habrían dado de alta cerca de 700 cuentas bancarias, si bien hay otro elevado número de cuentas en el extranjero donde transferían la mayor parte del dinero defraudado.

Casi todos los fondos obtenidos por ingresos del dinero estafado en las cuentas bancarias fraudulentas abiertas en España eran transferidos al exterior, fundamentalmente Alemania, República Checa, Rumanía, Hungría, Italia y Polonia. En otros casos, el dinero era retirado en efectivo en cajeros automáticos españoles.

La organización había creado varias empresas sin ningún tipo de actividad y las había puesto a nombre de testaferros. De este modo podían blanquear el dinero de las estafas obtenidos al conjunto de Europa, principalmente en Alemania. El operativo permitió detener a la persona responsable de la creación de este entramado financiero y varios de sus testaferros, todos de origen español. Las estafas realizadas por la organización desmantelada se podían dividir en dos: aquellas en las que las víctimas eran administraciones públicas y los cometidos con particulares. En el primer caso se obtenían grandes beneficios. Los detenidos tenían entre sus víctimas hospitales, ayuntamientos, consorcios, etcétera, Las estafas a particulares se cometían a través de internet y seguían diferentes patrones, entre los que se encuentran el phishing bancario, estafas de compraventa en línea y estafas en alquileres, entre otras.