A Juan Mari Arzak, cuyo restaurante en San Sebastián cumple tres décadas con tres estrellas Michelin, le debía un homenaje la cocina española y ayer se lo tributaron en Marbella 22 cocineros que lo consideran su «padre espiritual» porque sin él no estarían entre los mejores del mundo. Cita central de las quintas jornadas gastronómicas A cuatro manos que organiza Dani García, el reconocimiento incluyó desde una tamborrada hasta una cena para un centenar de comensales oficiada por los chefs que suman 40 brillos en la guía roja que versionaron algunos de sus platos más emblemáticos o aquellos que denotan la influencia del camino que abrió con la nueva cocina vasca. Poco amigo de los homenajes -«parece que vas a cascar», comenta Arzak- éste lo aceptó con gusto, aunque no piensa en retirarse porque donde «mejor» está es en su restaurante.