Lcondenó ayer a cinco años de prisión a uno de los jefes de una banda que fletó en 2016 una patera que partió desde la costa del Sahara con destino a Gran Canaria con 49 inmigrantes a bordo, siete de los cuales murieron durante la travesía. El presidente sección primera de la Audiencia, Miguel Ángel Parramón, dictó esta sentencia en la propia sala, después de que el acusado, Aboubakar S., se haya declarado culpable de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros en concurrencia con siete homicidios imprudentes y haya aceptado la pena propuesta por la Fiscalía. El Ministerio Público había demandado inicialmente ocho años de cárcel para el procesado, que ayer rebajó al inicio del juicio a cinco.

Los patrones de esa embarcación, que fue rescatada en alta mar el 7 de febrero tras haber estado a la deriva al menos una semana, fueron condenados en noviembre de 2016 por la sección segunda de la Audiencia de Las Palmas a tres años de prisión por los mismos delitos. Los siete fallecidos murieron por falta de agua y alimentos y por diferentes incidentes que ocurrieron a bordo de la embarcación ante la situación de desesperación en la que se hallaban su ocupantes.

De los 42 inmigrantes que finalmente fueron rescatados, 10 fueron ingresados de urgencia en distintos hospitales de la isla, al llegar en muy mal estado de salud, con síntomas como fiebres altas y diarrea con dolor abdominal.

El jefe de la banda que fue condenado ayer también organizó, junto a sus otros dos socios, el viaje de otra patera que el 5 de junio de 2016 fue rescatada en alta mar, también al sur de Gran Canaria, con un total de 53 inmigrantes indocumentados. Aboubakar S. fue localizado y detenido en un centro de internamiento de extranjeros de Algeciras (Cádiz) el 24 de mayo de 2016, tras llegar a España el 25 de abril de ese año en una patera que arribó a las costas de Motril (Málaga), haciéndose pasar por un inmigrante más para no levantar sospechas sobre las actividades que desarrollaba en El Aaiún, el Sáhara, donde actuaba su banda.

El procesado reconoció ayer en la Audiencia de Las Palmas que captaba inmigrantes, negociaba con ellos el precio final para viajar a España y los alojaba durante semanas o meses en varios inmuebles de su propiedad en El Aaiún, mientras esperaban a que salieran las pateras hacia Canarias. Además, distribuía comida y bebida a los alojados.