Les dirige la palabra una feminista de acción y pensamiento, en ejercicio desde hace más de sesenta años. Pertenezco a una organización con presencia activa en el ámbito estatal, en el autonómico y en el provincial, con 31 años de existencia.

Es obligado reconocer que el movimiento de las mujeres ha contribuido a la conquista de una realidad social más justa para la humanidad y que hoy se nos sitúa en el punto de mira de las esperanzas más nobles en la construcción del bien común de los pueblos.

Desde la condición de militante por la justicia, que se hace realidad en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, quiero acreditar y justificar el dirigir mis palabras, con todo el respeto, a quienes nos están leyendo.

Tengo en gran consideración la palabra en estos tiempos de palabra fácil, de palabra hueca, de palabra mentirosa, de palabra iracunda, de palabra ignorante, de palabra que agrede...

Exigimos y conseguimos el voto para ejercerlo.

El voto de «todas» rubrica nuestra participación en la vida pública, en esa participación que hemos puesto de manifiesto en la calle en las manifestaciones del 8 de Marzo, Día de la Mujer. Iremos a votar el 28 de abril a los que, en el Parlamento, nos hacen las leyes.

¿Se nos puede ocurrir entregar nuestro voto, poner a legislar en el Parlamento español, en el de Europa, a quienes nos anuncian la vuelta atrás en los avances de las conquistas de los derechos de las ciudadanas mujeres?

La historia de nuestras vindicaciones se cuenta ya por siglos.

Que son justas y necesarias para toda la población está argumentado y comprobado con mucho más de lo que son los discursos oportunistas de las campañas.

Que esto no es una guerra de poder por parte de las que seguimos llorando las víctimas.

Que la igualdad de derechos, llevada a la realidad social en la práctica, es el fundamento de la convivencia en democracia.

Que no hay argumentos de tradiciones, religiones, conveniencias... que estén por encima de los Derechos Humanos que nos amparan a todas las personas.

Que no daremos un paso atrás. Por las que nos precedieron, por las que nos seguirán. Y por las que ya no están.

Que no daremos nuestro voto a quienes pretenden relegarnos a situaciones de opresión.

* Presidenta del Fórum de Política Feminista de Andalucía