Está claro que el procés está estancado, pese a la dedicación exclusiva al mismo del Govern y del Parlament, que están dejando desamparados a todos los catalanes en sanidad, educación, servicios sociales como la dependencia, etc. Al 40% independentista no le importa ya que es un precio que pagan con gusto. Al resto de los catalanes les duele, por ejemplo, que las listas de espera en los centros sanitarios sean de las más largas de España, la desviación irregular de fondos públicos para fines independentistas (e.j. «embajadas»), la indiferencia del Govern a la marcha masiva de empresas de Cataluña, entre otros hechos dolorosos y a veces delictivos.

La vía eslovena para la independencia promocionada por Torra ahora, ya fue mencionada por Pujol y Mas anteriormente, así que nada de sorpresa. Se pretende generar «mártires» como catalizadores para acelerar el procés. Ya lo dijo una de las dirigentes de la Crida, otra «parida» del enajenado Puigdemont: «Hombre, un muerto le vendría bien al procés». ¿Alguien duda de la violencia que implica esta insurrección con guerra contra España? Por lo visto, el procés necesita muertos y heridos causados por «fuerzas fascistas de ocupación» como trataron de vender los hechos del 1 de octubre.

Qué diferente la actitud de ERC, con mucho más pedigrí independentista que los herederos del 3%, que ha replicado que prefieren la vía escocesa, democrática y sin guerra. Critican a Franco por el golpe de estado que dio lugar a la dura dictadura, pero ellos quieren hacer lo mismo. Ya dieron el primer golpe de estado al declarar la republica catalana en el Parlament; ahora pretenden dar otro más cruento y con armas y proclamar la republica en forma de dictadura democrática de Puigdemont. Su sueño es probablemente un «Valle de los Caídos» en las montañas de Montserrat.

Queda ya claro que Torra es un delegado o una titella de Puigdemont para fomentar la violencia en Cataluña, para que la ciudadanía catalana se sienta atemorizada y, sobre todo, para atacar al «estado fascista» del que se quieren desprender. Desde el principio de esta legislatura en Cataluña ha quedado todo claro. La creación de los CDR (Comités de Defensa de la República) es una demostración fehaciente de ello. Torra alentó la violencia en público dirigiéndose a ellos («Apreteu fort...»). Y ya se ha visto cómo aprietan este pasado fin de semana en que han cortado autopistas y apoderado de los puestos de pago de las mismas, además de los tumultos sin control. Torra quiere que los Mossos actúen como policía política y que no salvaguarden las calles si actúan los CDR, que a partir de ahora tienen carta blanca para delinquir, Se desprende con claridad el tic dictatorial: han dejado que los impresentables (que siempre están libres con pocos compromisos laborales; ¿de quién cobran?) actúen impunemente. Generan pura «kale borroca», apoyados no por una organización terrorista sino por el propio Govern catalán. Con perspectiva, la situación es alucinante.

La creciente debilidad del Gobierno central ha sido para Torra y compañía un regalo inesperado que favorece con claridad al procés. El Dr. Sánchez solo quiere permanecer en la Moncloa al precio que sea, tragando lo que haya que tragar. El hecho de que la aprobación del Presupuesto del Estado dependa de los independentistas impide al Gobierno central actuar como puede esperarse de él. Aceptan que Torra aliente la violencia de los CDR sin rechistar e incluso justificándolo. Han conseguido paraísos carcelarios para los políticos presos. Han hecho dejación de funciones en asegurar el orden público. Son indiferentes a las presiones de todo tipo que han recibido los jueces y juezas. Juegan a dos barajas con los indultos de los presos. Permiten el despilfarro del Govern en apoyo al procés.

Debe cesar esta dependencia del Gobierno central a los independentistas, que ningunean a Madrid de forma permanente. Desengáñense Dr. Sánchez y Dra. Calvo: nunca lograran nada de los independentistas, solo humo para engañarles. Su apoyo indirecto actual es uno de los factores que ha hecho crecer a Vox en Andalucía, además del descalabro del PSOE-A: los ciudadanos sensatos españoles, que son cada vez más, huyen de aquellos que apoyan la violencia y la ilegalidad. Tomen nota.

* Profesor jubilado de la UCO