Actualmente el mercado turístico se ha expandido, hay turistas con diversos gustos y preferencias, entre ellos, los que piden su espacio para desarrollar actividades y disfrutarlas con igual libertad, dependencia y dignidad que los demás. Nos referimos a las personas con capacidades diferentes y grupos vulnerables como adultos, mayores, mujeres embarazadas y niños.

Es preciso brindar servicios de calidad y adaptar la oferta a las necesidades existentes, pero ¿qué es el turismo accesible? ¿cuál es su objetivo? Fundamentalmente, busca diseñar y adecuar los productos turísticos, a fin de satisfacer los requerimientos de los turistas, en torno al tipo de discapacidad que presenten, es decir, elimina barreras sociales, físicas o arquitectónicas y de comunicación, de modo que la cadena de valor (transporte, alojamiento, atractivos, restaurantes) cuente con lo esencial para ofrecer una buena experiencia en el marco de la igualdad y de beneficios para este sector de la sociedad.

Por lo general, notamos las barreras cuando no existen adecuaciones para que los turistas tengan apoyo básico y realicen actividades por sí mismos o de forma segura, por nombrar algunas: falta de rampas para personas en sillas de ruedas, ausencia de un intérprete de lenguaje de señas o inexistencia de menús en sistema braille. Este segmento de mercado elige un destino según su nivel de accesibilidad; sin embargo, existen problemas como la información confusa que muestran las páginas web, dificultad de acceso para turistas con discapacidad visual o auditiva y escaso conocimiento de las empresas de viajes con relación a la inclusión, entre otros. Baños de Agua Santa (Ecuador) ha sido el primero en adoptar esta modalidad. Existen alrededor de 190 rampas construidas, hoteles adecuados a las necesidades de los turistas, terminales y balnearios con senderos para el ingreso de personas con movilidad reducida y lo más destacable es la oferta en deporte de aventura, como puenting y canopy. Dichas iniciativas llevaron a que se haga acreedor de varios reconocimientos como el Reina Sofía de España y el premio internacional por la Society for Accesible Travel & Hospitality.

Realizar adecuaciones en un lugar implica gastos. No obstante, se adquieren ventajas tales como: incremento del número de visitantes (una persona con discapacidad siempre viaja acompañada); contribuyen a la desestacionalización (viajan en cualquier época del año); prefieren pagar más por un servicio que se adapte mejor a sus necesidades; repiten y recomiendan la experiencia, pero, sobre todo, aportan a la mejora en la imagen de un destino al hacerlo más inclusivo y accesible.

La innovación de los servicios permitirá consolidar una oferta accesible con el fin de dar respuesta a un tema fundamental de derechos humanos fomentando la inclusión social, abriendo una amplia gama de oportunidades para que las personas con capacidades diferentes tengan el agrado de conocer los sitios turísticos. Por esta razón, es imprescindible contar con personal capacitado en términos de accesibilidad, haciendo los destinos cada vez más asequibles y competitivos en las operaciones turísticas.

* Estudiante del Máster en Gestión del Patrimonio desde el Municipio (UCO).