Cuando estuvieron por Montoro empresarios chinos interesados en la producción de aceite de oliva algunos se echaron a temblar: China es casi un continente, y allí tiene que haber todo tipo de climas y suelos en los que seguro que el olivar puede cultivarse con éxito. Pues así ha sido. El país oriental planta 14.000 hectáreas de olivar al año, y dos de sus empresas han competido en el concurso del Consejo Oleícola Internacional, imponiéndose una de ellas, procedente de la provincia norteña de Gansu, y ganando el primer premio en la modalidad de aceites maduros. Los olivareros y envasadores de España y el Mediterráneo ya pueden despabilar.