Puede que en otras cosas se les haya podido reprochar incoherencia, pero no, desde luego, en cuanto a la muy feminista decisión del líder de Podemos, Pablo Iglesias, de tomarse sus días de baja paternal para estar con sus hijos a pesar de que el ambiente político está en ebullición. Ayer volvió, tras su baja maternal, su pareja, la diputada y portavoz parlamentaria Irene Montero, y se estrenó en el papel de jefa de filas de la formación morada en un acto celebrado en Madrid con mujeres en el que reivindicó, informa Efe, el feminismo para «parar los pies» a los «trillizos reaccionarios» de PP, Cs y Vox --en alusión al pacto de Andalucía--, en la calle y en las urnas.