Entre la multitud de crímenes que la izquierda cometió en la II República y en la guerra civil, uno de los más abyectos, por su estupidez, fue la profanación de tumbas.

Hoy, Pedro Sánchez entiende que es urgente profanar otra tumba, supongo que para que no se olvide tan escatológico deporte.

Federico García-Arévalo de Tena

Córdoba