Rafael Luque es un astrofísico de Priego que ha descubierto un planeta. Qué pensaría de esto Alcalá-Zamora, tumbado en el diván rojo que se conserva en su casa-museo, sobre el que pasó sus últimas tardes de lectura en su exilio bonaerense. Qué pensaría cualquiera de esta frase, escrita con la sencillez de lo real que se conquista en la normalidad de vivir. Podríamos decir que Rafael Luque descubre planetas con la facilidad con que José Luis Rey traduce la poesía completa de Emily Dickinson o todo T. S. Eliot, es decir: con la aparente facilidad del talento erigido en una pira ardiente de trabajo y tesón. Con 26 años y con una beca de doctorado financiada por La Caixa en el Instituto de Astrofísica de Canarias, bajo la supervisión de Enric Pallé y un gran equipo, Rafael Luque ha localizado en el universo un nuevo sistema solar próximo al nuestro con una estrella roja más pequeña que el sol, llamada GJ 357, y tres planetas que orbitan a su alrededor. Situar en el universo un nuevo sistema solar solo puede ser equiparable a soñar una sinfonía antes de fijar las notas sobre el papel ardiente de sonatas líquidas; descubrir una estrella como el sol rojo de Krypton, que además es real, imagino que sólo podría compararse con escribir Arde el mar. Luego los científicos restan misticismo al estallido: su descubrimiento ha sido posible por una alerta del telescopio espacial TESS, que estudia el firmamento y se detiene cada mes en una región celeste, como un vigía del cosmos que acecha a 31 millones de años luz. En abril se detectó la existencia de un planeta junto a la estrella GJ 357. Rafael Luque y su equipo confirmaron el hallazgo y encontraron otros dos planetas: el más interesante es el más alejado, que podría ser el planeta habitable más próximo a la Tierra, con una masa tres veces y media mayor, quizá una supertierra oceánica. El milagro respira: no hay nada imposible. Descubrimos planetas, escribimos el mundo, hacia el infinito y más allá.

*Escritor