Coincida o no la Semana Santa, el mes de abril suele ser bueno para el empleo en Córdoba. Es decir, en los altibajos de nuestro mercado laboral «de temporada», abril se comporta, y este año lo ha hecho especialmente bien, con casi 2.000 parados menos que en marzo y 5.381 menos que hace un año. La cifra ha caído casi un 7% interanual, pero hay 73.175 personas en nuestra provincia inscritas en el Servicio Andaluz de Empleo. Siguen siendo demasiadas, aunque hace cinco años la cifra ascendiera a 103.859 parados registrados. Ahora la tasa es más baja, pero los empleos son de peor calidad, con sueldos y cotizaciones inferiores, y en la mente de todos está el éxodo de jóvenes que no encuentran oportunidades. Por eso vuelven, y con razones de peso, las voces sindicales y políticas que reclaman soluciones. Desde el PSOE se insta al Ministerio de Trabajo a arbitrar un plan extraordinario de empleo para Córdoba, como también han pedido muchas veces los sindicatos UGT y CCOO. Quizá sea ahora el momento, pero siempre que se definan con exactitud los objetivos y las acciones para conseguirlos. Una mera inyección económica de cursos y ayudas no es desdeñable, pero tampoco efectiva. Quizá entre tantos foros, grupos de trabajo y organismos académicos y participativos con que cuenta Córdoba se podría elaborar una propuesta sólida a la que no pudiera negarse la ministra Fátima Báñez.