Es el único nacionalismo que suscribiría, el de la patria es la infancia, del poeta Rilke (antes hubo otro casi necesario, el andaluz de Blas Infante, Aumente, Rojas Marcos y Uruñuela, que sirvió para levantar a esta tierra de su arrodillamiento y que nada tenía que ver con el vasco, que mataba, y con el actual de Cataluña, que se mueve por caminos nada claros). Porque al final del curriculum siempre estás en el principio, en aquel lugar en el que naciste, te criaste y fuiste humano por primera vez. Cuando eras casi un crío y vivías la infancia de esa única manera en que se vive la vida en nueve, diez, doce años: sin norma alguna. Por eso el alma me dirige las teclas que tengo que marcar en el ordenador para que hable de que este fin de semana --ayer, hoy y mañana, 11, 12 y 13 de mayo-- Villaralto, el pueblo donde nací y del que soy cronista oficial, celebra la VII edición de su Feria del Pastoreo. Los pueblos son un espacio social en el que las oportunidades disminuyen con respecto a la capital, donde casi ni se venden periódicos ni suele haber conferencias. Los pueblos, sobre todo en invierno, son el abandono al que acuden de vez en cuando turistas que buscan la soledad y el canto de los pájaros. Pero, sobre todo, los pueblos son el emplazamiento en el que viven familias que necesitan que el mundo no los olvide. Por eso suelen señalar fines de semana en el calendario en el que resaltan el lechón, el jamón o el cordero para atraer miradas. Este fin de semana hay que irse dirección Los Pedroches, pasando la vía del Calatraveño, para aparcar en Villaralto, el pueblo cuyo museo está dedicado a los pastores, el origen de esta localidad escindida de Dos Torres en la que parte de la infancia, que es la patria, suelen ser los corderos-borregos que nos comíamos en las juntas de cuando éramos mozalbetes. El queso, la miel, los cencerros, la devoción de Los Pedroches, el relleno, los chozos, el eneado de las sillas o el cordero a la brasa, serán alicientes para asistir a una convocatoria en la que estará el grupo Aliara de Pozoblanco, la banda de cornetas y tambores del pueblo y habrá exhibición de esquilo. La tierra donde nos criamos y en la que los pastores han hecho historia.

* Periodista