Quizá la culpa la tuvo su abuelo Fernando, quien le inculcó en su niñez la curiosidad por lo antiguo, por la historia, por el conocimiento, por la investigación. Su abuelo se fue pronto. Apenas tenía 8 años cuando la pérdida de éste le supuso un hueco sentimental y de fuente de saber. Pero la mella dejada en él hizo que a día de hoy su capacidad de investigación sea admirable. Su padre, Nereo, fue un excelente hombre. Sabio entre los sabios. Capaz de relacionarse con cualquier clase de persona, de conseguir casi todo lo que se propuso en su vida. Salió hacia delante pese a todas las adversidades. También se fue muy pronto. Sé que admiraba y admira a su padre. De hecho, algunas de sus cualidades las ha adoptado y puesto en práctica.

Maestro de profesión, investigador e historiador por devoción. Cronista Oficial de Fuente Tójar, creador y, durante muchos años, director del Museo Municipal. corresponsal del Diario CÓRDOBA y un interminable etcétera.

Nieto, hijo, hermano, esposo, padre, abuelo, amigo...

Y ahora, a punto de cumplir 70 años, ha recibido en vida lo que para muchas personas es un sueño; ser hijo predilecto de su pueblo: Fuente Tójar. Un pequeño punto en el mapa de nuestra geografía Andaluza. Pero ahí está, y Fuente Tójar es conocido en muchos ámbitos, y estamos seguros que él ha tenido la mayor parte de culpa de ello.

Una vez que se hizo oficial por parte del Ayuntamiento del pueblo, lo llamé, y le dije que «¡ya era hora!». Sonrió cuando le comenté que «¡menos mal que no es un homenaje póstumo!» y que «era el reconocimiento de todos los miembros del Ayuntamiento», y por ende «de todo su pueblo».

Ayer, 28 de febrero de 2018, día de nuestra Madre Patria Andalucía, sabemos que se merece este reconocimiento. Es como «la crónica de una muerte anunciada». Su labor como investigador queda plasmada en documentos escritos para futuras generaciones. No es el primero en este último año. El pasado mayo le dieron la Medalla de Oro de la Asociación de Museos en el Día Internacional de los Museos.

Te pedimos que sigas leyendo, investigando y escribiendo. Los que aquí estamos y los que no, por un motivo u otro, nos sentimos orgullosos de ti, en especial tu familia, y sé que dónde estén tu abuelo Fernando y tu padre Nereo, sin olvidarnos de «Mama Inés», «Mama Encarnación» y la abuela Carmen, lo estarán.

Papá, lo que empezásteis tu abuelo Fernando y tú no acabará nunca, ya que, cuando os reunáis, y espero que sea dentro de muchísimos años, en «La Fuente del Saber» situada en la casa del «Barriobajo», volveréis a poner cosas en común, y quizá ahora seas tú quien le hagas sentir ese «gusanillo» por aprender, como él hizo contigo en tu niñez.

Fernando Leiva Briones, mi padre, mi gran descubrimiento.

* Hijo de Fernando Leiva Briones